“El suceso en Monterrey debe servir para replantear el tipo de educación que les estamos dando a nuestros hijos”, afirma Claudia Sotelo Arias, Directora del Centro de Especialización en Estudios Psicológicos de la Infancia.
“Las emociones se dividen en dos grupos: las emociones placenteras, donde están todos los afectos amorosos, la ternura, el amor, la pasión, etc. Y del otro lado están los afectos displacenteros, donde vienen el enojo, la tristeza, la depresión, la melancolía y la ira. ¿Cómo podemos canalizar la tristeza y la depresión desde la infancia?”
“Cuando algo no va bien con los niños, te lo muestran en diferentes contextos. Puede ser que comiencen a ir mal en la escuela o que ya no quieran ir, o que se quejen de la maestra o de algún compañero”.
“En lo social, cuando el niño está entre los 5 y 6 años y sigue queriendo estar solo con un adulto, es una señal de alarma”.
“Como padres debemos estar pendientes de la educación de nuestros hijos, así como de los diferentes aspectos en los que se desenvuelven, y también de sus necesidades básicas (sueño, alimentación) que pueden alterarse cuando ellos no están bien emocionalmente”.
Escucha la entrevista completa sobre este tema al que tristemente se le dio relevancia debido a lo sucedido en el colegio del estado de Nuevo León.
