Convives con él todos los días, lo ves correr, dormir, ladrar, mover la cola… pero aun así, tu perro sigue sorprendiéndote con comportamientos tan extraños como encantadores.
¿Por qué gira sobre sí mismo antes de dormir? ¿Por qué te trae cosas que no pediste? ¿Por qué se revuelca en el piso justo después del baño? Aunque parecieran simples rarezas, cada uno de estos comportamientos tiene una explicación que se conecta con la ciencia, los instintos y la forma en que los perros entienden el mundo.
A continuación, te presentamos algunos de los hábitos más curiosos de nuestros compañeros de cuatro patas… y lo que realmente significan.
Dar vueltas antes de acostarse: ritual ancestral
Ese pequeño “baile” antes de dormir no es solo costumbre. Para los antepasados del perro —lobos y caninos salvajes— girar servía para aplanar el pasto, espantar insectos y revisar el terreno en busca de peligros.
Aunque tu perro tenga una cama suave y segura, su instinto le recuerda que debe preparar el espacio antes de descansar.
Inclinar la cabeza cuando le hablas: ¿ternura o estrategia?
Pocos gestos resultan tan encantadores como cuando tu perro ladea la cabeza. Este movimiento le ayuda a escuchar mejor y a identificar tonos familiares.
También mejora su visión del rostro humano, algo importante porque los perros leen nuestras expresiones para saber cómo nos sentimos.
Oler a las personas en zonas “incómodas”: su forma de conocerte
Para los perros, el olfato es como una red social en tiempo real. Oler la región genital de otros perros (o incluso de personas) les da información sobre estado emocional, salud y hormonas.
Aunque para nosotros sea raro, para ellos es el saludo más completo.
Revolcarse en el piso después del baño
A los dueños les encanta un perro recién bañado; a los perros… no tanto.
Al revolcarse tratan de recuperar su olor natural, que les resulta más familiar y seguro. No es rebeldía: es identidad canina.
Enterrar comida o juguetes: instinto de guardián
Aunque vivan cómodamente, muchos perros esconden huesos, croquetas o incluso sus juguetes favoritos.
Este comportamiento ancestral servía para guardar comida para tiempos difíciles y protegerla de otros animales. Enterrar cosas es su forma de sentirse precavidos.
Rascar el piso después de hacer sus necesidades: mensaje para otros perros
No se trata de limpiar ni de cubrir. Al rascar el suelo, liberan feromonas desde las almohadillas de sus patas.
Es un mensaje territorial que dice: “Estuve aquí”.
Perseguir su cola: entre juego y aburrimiento
A veces es simple diversión, pero si tu perro lo hace constantemente podría ser señal de ansiedad, exceso de energía o incluso irritación en la piel.
Cuando se vuelve repetitivo, conviene revisarlo con un veterinario.
Apoyarse en ti: el abrazo canino
Cuando un perro se recarga en tus piernas o en tu costado, está buscando cercanía y seguridad.
Es un gesto que demuestra confianza y cariño, parecido al abrazo humano.
Traerte objetos que no pediste: una invitación a jugar
Ese calcetín o juguete que aparece en tu regazo no es casualidad. Los perros usan los objetos como una forma de interacción social.
Es su manera de decir: “quiero jugar contigo” o “mira lo que encontré”.
Aullar con sirenas o sonidos agudos: comunicación a larga distancia
Los perros perciben ciertos sonidos como si fueran aullidos de otros caninos. Aullar de vuelta es un comportamiento natural de comunicación. No están asustados: están contestando un llamado que solo ellos escuchan claramente.
Siendo así, lo que interpretamos como comportamientos extraños son, en realidad, piezas del lenguaje canino, una mezcla de instinto, comunicación y búsqueda de bienestar.
Entender estas conductas nos acerca más a nuestros perros y mejora nuestra convivencia con ellos.
Después de todo, si ellos se esfuerzan por entender nuestro mundo, lo menos que podemos hacer es intentar comprender el suyo.