El sentido del humor es una cualidad humana que nos permite reírnos de nosotros mismos y de los demás, de las situaciones cotidianas y de las adversidades. Es una forma de expresión que nos ayuda a conectar con los demás, a reducir el estrés y a disfrutar de la vida.
En el ámbito de las relaciones de pareja, el sentido del humor es una herramienta muy valiosa. Puede ayudar a fortalecer la comunicación, a superar los conflictos y a crear un ambiente de confianza y complicidad.
Desde hace algún tiempo los psicólogos vienen constatando que la gente encuentra especialmente atrayentes a las personas con sentido del humor. “El humor figura repetidamente entre las características más atractivas”, afirma el psicólogo Kay Brauer, que se doctoró en la Universidad de Halle sobre el fenómeno de la risa.
Este hecho no es casual. Algunos expertos sostienen que un buen sentido del humor es evolutivamente ventajoso a la hora de elegir pareja. Pero tener sentido del humor va más allá de ensayar chistes que puedan insertarse torpemente en las conversaciones; es sobre todo un sentido del humor poco común lo que hace atractiva a una persona desde el punto de vista evolutivo. Detrás de este tipo de humor se esconden cualidades que resultan muy atractivas.
Las personas con buen sentido del humor -capaces de narrar anécdotas ingeniosas y divertidas- deben poseer algunos rasgos determinados, como creatividad, astucia e ingenio. Como escribió la psiquiatra Theresa DiDonato en un artículo, estos atributos realzan sin duda el encanto de la gente, hecho a través de todas las culturas del mundo. De hecho, los hombres con un sentido del humor bien construido obtienen mayores beneficios: “Normalmente, los hombres tienden a sentirse atraídos por las mujeres que se ríen de sus chistes”, dice Brauer.
El humor no solo proporciona información sobre lo inteligente, espontáneo y creativo que alguien es. “El humor de una persona también nos dice algo sobre su visión de la humanidad y sus valores”, dice Brauer. Estos se manifiestan en el estilo del humor de cada uno.
Las personas a las que les gusta contar historias divertidas para reírse con los demás muestran lo que se llama humor afiliativo. Los que no pierden su visión humorística de la vida ni siquiera en los días de malos son descritos por los psicólogos como personas que se refuerzan a sí mismas.
Sin embargo, el humor también puede ser agresivo y utilizarse para menospreciar a otras personas con bromas a su costa, o con sarcasmo. Este humor, como suele utilizarse en la sátira, también puede ayudar a hacer más llevaderas situaciones y circunstancias difíciles de soportar. El humor autodestructivo, en cambio, se dirige contra la propia persona.
La mayoría de las personas mezclan distintos tipos de humor, aunque suelen tener un estilo en el que se apoyan con más frecuencia que en otros. “La gente suele unirse por similitud”, explica Kay Brauer. En consecuencia, las parejas que comparten un sentido del humor parecido también suelen compartir un sistema de valores similar. Esto es muy beneficioso para el éxito en una relación romántica.
Esto se debe sobre todo a que la risa tiene un efecto físicamente perceptible. La investigación sobre la risa, conocida como gelotología, ha descubierto que la risa no sólo reduce el estrés y libera hormonas de la felicidad, sino que también tiene un impacto positivo en el sistema cardiovascular e incluso refuerza el sistema inmunitario. Así pues, una relación con el humor no sólo es agradable; también es saludable en el sentido más estricto de la palabra.
Sin embargo, el humor no es imprescindible en toda relación romántica. “Las personas para las que el humor no es tan importante tienen más probabilidades de tener una pareja para la que tampoco lo sea”, dice Brauer. Si nos atenemos al principio de similitud, esto también puede funcionar bastante bien.
Con información de Bioguía