Si de pronto has empezado a juzgar a tu pareja con criterios inflexibles, en los que todo es blanco o negro, estás atrapado en la Etapa de la Rebelión.
En esta fase del matrimonio, muchas veces dramática, tu relación puede parecerse a una ópera llena de sentimientos extremos, de discusiones, de secretos y de amenazas de divorcio.
Tú y tu cónyuge pueden pelear durante dos días enteros o dejarse de hablar sólo para después reconciliarse en un rapto de pasión y, una hora más tarde, volver a pelear por nada. Lo que deseas es escapar o controlar a tu pareja.
La Etapa de la Rebelión es una de las más exigentes y peligrosas. En ella se vive la comezón del séptimo año (a veces se da desde el cuarto), y ambos son susceptibles de mantener relaciones sentimentales, sexuales o cibernéticas, así como de ocultar lo que hacen en su tiempo libre, trabajar horas extras y dedicar demasiado tiempo a los intereses personales. Se piensa en el divorcio.
Suele aparecer a los cuatro años de matrimonio, cuando las hormonas del amor de la Etapa de la Pasión se han ido (es posible volver a invocarlas). El resultado: una sensación incómoda e irritante, y tan molesta y peligrosa como el síndrome de abstinencia: quizá culpes a tu pareja, sin bases, de que se te está acabando el amor, y la acuses de reprimir el de ella.
Dominar el arte de perdonar, no sólo a tu pareja sino también a ti. Sólo a través del perdón podrás, para siempre, dejar atrás las batallas que tienen lugar durante la Etapa de la Rebelión.
Estas estrategias pueden detener una pelea antes de que estalle.
Estos enfriadores de tensión pueden detener a tiempo una discusión antes de que se convierta en pelea.
• Utiliza la ira o la furia como una alerta roja de que debe detener la discusión. Retírate y medita, haz ejercicio o alguna otra actividad placentera para desestresarte.
• Reconéctate durante las charlas ríspidas. Con empatía y aprecio manténte cerca de tu pareja. Y busca esas señales que indican que intentas sanar las heridas o reparar los daños.
• Tranquilízate y tranquiliza a tu cónyuge. Respira profundamente, baja el tono de la conversación y toma algunos minutos para visualizar todos los pasos que ya han seguido para resolver el problema. Compartan sus sentimientos. Cuanto mejor sepan calmarse mutuamente, más productivas serán sus sesiones de resolución de conflictos.
En esta tercera evaluación para definir la etapa en tu relación, podrá confirmar o descartar el nivel en el que tu relación conyugal se encuentra. Si tu matrimonio no está ubicado aquí, la siguiente semana compartiremos el cuestionario del siguiente nivel, la Etapa de la Cooperación.
Extraído del libro “Las 7 etapas del Matrimonio”, Reader’s Digest
