Evita fracturas en la vejez de tus hijos con vitamina D desde pequeños
Desde la pubertad hasta el climaterio, la vitamina D se comporta más como una hormona que como una vitamina, así que es esencial para infinidad de procesos.
Antes se creía que la vitamina D jugaba un papel muy importante en la salud ósea, pero con el tiempo se ha descubierto que su presencia en el cuerpo humano juega infinidad de roles y que su carencia puede ocasionar graves males.
De hecho, en el contexto de la pandemia, se ha descubierto que las personas que tienen buenos niveles de vitamina D tienen menos posibilidades de padecer cuadros severos de Covid e, incluso, pueden salvar su vida.
Ahora se sabe que algunas de las patologías que acrecentan la posibilidad de muerte si se contrae Covid-19 como la obesidad, la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares o la diabetes tipo 2, cursan con niveles bajos de vitamina D.
Se estima que antes de la llegada del coronavirus, el 54.3 por ciento de la población en América Latina no contaba con niveles adecuados de esta vitamina, mientras que en el mundo se tenían datos de que más de mil millones sufrían de insuficiencia de la misma.
Pero volviendo un poco al papel clásico de la vitamina D en la salud ósea, ahora se sabe que lo mejor que se puede hacer para prevenir hasta en un 50 por ciento las probabilidades de fracturas osteoporóticas en la vejez es lograr que los niños y jóvenes mantengan adecuados niveles de vitamina D.
“Lo mejor es conseguir en los niños el mayor pico de masa ósea, que se alcanza a los 20 años. Con que se logre el 30 por ciento con niveles adecuados de vitamina D se previenen las fracturas. Por eso decimos que la osteoporosis es una enfermedad pediátrica, pues desde la infancia puede comenzar el problema” explica Beatriz Oliveri, especialista en Osteología, quien participó en un panel de expertos internacionales sobre la importancia de la vitamina D realizado por Asofarma.
“Eduquemos más a nuestras jóvenes generaciones para que le den prioridad a la actividad física, una alimentación saludable y buenos niveles de vitamina D para alcanzar ese pico de masa ósea”.
Ahora se sabe que, desde la pubertad hasta el climaterio, la vitamina D se comporta más como una hormona que como una vitamina, así que es esencial para infinidad de procesos tanto biológicos como inmunológicos.
La buena noticia es que adecuados niveles de vitamina D ayudan en diversos ámbitos, pero la mala es que 8 de cada 10 personas no tienen la dosificación adecuada, pues a través de la dieta solo se consigue un 5-10 por ciento del aporte de esta vitamina e infinidad de personas no tienen la suficiente exposición solar para crearla.
Aunque la deficiencia de esta vitamina es alarmante, en los últimos años se ha visto un incremento en su uso farmacológico. “La suplementación es necesaria porque es poco probable que se alcance con la dieta” explica el doctor David Fusaro, gineco-obstetra.
No se habla de una época de inicio para la suplementación, pues un buen nivel de vitamina D es esencial durante todas las etapas de la vida, pero sin duda durante la infancia y la vejez ese nivel es más importante.
Aunque varían dependiendo de la edad, del peso de la persona o de la zona donde vive, los niveles óptimos de vitamina D son de 25-30 nanogramos por mililitro. Dicha escala puede alcanzarse con una única dosis mensual de 100 mil unidades. Esa presentación facilita el apego al tratamiento.
La doctora Oliveri recordó que si bien la exposición a la luz solar es la principal fuente de obtención de esta vitamina, los baños solares no son suficientes.
“A medida que avanza la edad la absorción de dicha vitamina se complica. Una persona de 75 años solo obtendrá el 30 por ciento de la vitamina si se expone al Sol, así que la suplementación es necesaria, pues la dieta tampoco es de gran ayuda, aporta solo entre un 5 y un 10 por ciento de los requerimientos saludables” especifica Oliveri.
Por otra parte, destaca David Fusaro, la expectativa de vida creció. “En los países desarrollados la expectativa de vida alcanza los 85 años y en los menos subdesarrollados entre 75 y 80, lo que significa que las mujeres pasarán un tercio de su vida en la menopausia” puntualiza.
La falta de esta vitamina puede predisponer o acelerar la aparición de osteoporosis, enfermedades cardiovasculares, oncológicas, infecciosas, autoinmunes y diabetes. Su disminución también influye en el debilitamiento del sistema inmunológico.