El juego es fundamental para el desarrollo de los niños, ya que les permite adquirir habilidades que les serán de utilidad a lo largo de su vida. Algunas de ellas son sociabilidad, amistad, trabajo en equipo, liderazgo, disciplina y resolución de problemas. Además, forjan su sentido de identidad, gustos, intereses y opiniones.
“Los niños aprenden lenguajes y comportamientos mediante la experimentación, al probar, tocar, mirar, escuchar, oler e imitar. Así desarrollan su autoestima y, al divertirse, se involucran de lleno, lo que fortalece su capacidad de concentración”, explica Emily Hardy, coordinadora académica de los programas para niños y jóvenes del British Council en México.
A los niños les encanta aprender utilizando los sentidos, y uno de sus favoritos es el tacto. Trabajar con arena, agua y plastilina es relajante y divertido, además de que les ayuda a desarrollar sus habilidades psicomotrices, de concentración y su creatividad.
Este tipo de dinámicas ayudan a construir la confianza de tus hijos, a expresarse libremente, desplegar su capacidad de pensamiento y explorar su propio mundo de fantasía, fomentando la creatividad y la imaginación.
Disfrazarse les permite interpretar papeles que han observado y que les serán de utilidad en el mundo real cuando quieran formular sus sentimientos u opiniones.
Las canciones son muy efectivas para conocer nuevas palabras y mejorar la pronunciación. Aquéllas donde se les pide realizar acciones son mejores para los más pequeños, pues les permiten unirse a la diversión aunque todavía no puedan cantar.
Por otra parte, con la música desarrollan el ritmo, la entonación y el sentido del oído.
Las historias son una poderosa herramienta para el aprendizaje de un idioma, ya que son divertidas y fáciles de recordar. Los cuentos ilustrados sirven de apoyo al proporcionar pistas visuales.
Aprovecha el gusto de tu pequeño por pegar, cortar y pintar. Él tendrá la posibilidad de expander su imaginación y de usar sus capacidades creativas al máximo.
Sin embargo, es importante que no pongas demasiada presión. De acuerdo con Hardy: “Los niños se desarrollan a su manera y sus ritmos propios. No lo compares con sus amigos y compañeros. Lo importante es que descubras las actividades que más disfruta y que las realicen juntos, explotando al máximo su potencial”.