Intenté cocinar como las mujeres de 1940, y esto pasó
¡Parece ser que soy muy parecida a las mujeres, o más bien dicho, a las esposas de 1940, incluso más de lo que yo pensé! Mira por qué.
En el primer par de décadas del siglo XX, muchas mujeres trabajaron principalmente en casa, al cuidado de los niños o haciendo platillos que tomaban muchísimo tiempo en prepararse.
Pero cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, muchas mujeres tomaron posiciones alguna vez reservadas para los hombres, y por lo tanto también cambió la cocina de manera permanente.
Con menos tiempo para cocinar y platillos más racionados, muchos platillos tradicionales quedaron fuera y los platillos rápidos se convirtieron en la norma.
De niña escuche a mi abuela hablar sobre “nuevas” e interesantes recetas de los cuarenta, y justo la semana pasada platicaba de estos platillos en el salón. Decidí darle la oportunidad a algunos. Esto fue lo que hice.
Aunque no soy fan de la palabra “carne”, mi esposo ama el tradicional pastel de carne que cocino. Con ingredientes simples carne molida, pan molido, cebollas y catsup, es un platillo fácil y rápido de preparar.
Muchas recetas de los cuarenta que encontré incluían la opción de usar sopa de cebolla si no había cebollas disponibles, lo cual significa que tienes todos los ingredientes a la mano para preparar un platillo lleno de proteínas para tu familia.
En los cuarenta, las personas se preocupaban de que los niños no tuvieran deficiencias de nutrientes por la falta de alimentos frescos. Muchas personas tenían sus propios huertos para asegurar una producción fresca.
Consiste en lechuga, queso, pepino, zanahorias y pan servido a parte. Seré franca, esto es lo que normalmente comen los infantes. Al mío no le gusta el pepino o el tomate, es un platillo de preparación fácil.
Seré honesta, desperdicio las sobras y a veces tiro comida que se descompone. Como decía mi abuela, una ama de casa de los cuarenta nunca dejaría que nada se desperdicie.
Su revuelto de granja es súper saludable, pues revuelves huevos y después le agregas los vegetales que se te quedaron y queso si tienes. Rápido, fácil, delicioso y perfecto para quienes cuidan su peso.
Hablando de desperdiciar comida, platiqué con personas de los cuarenta y recuerdan que sus mamás juntaban restos de comida en una cazuela y hacían sopa de ahí. La señora del salón se refirió a ella con cariño como “sopa de desperdicio”.
Intenté esta con algunos ingredientes que tenía que también estaban disponibles en los cuarenta. Puse carne molida, caldo de pollo, tomates y vegetales y el resultado fue delicioso y saludable.
Este ejercicio me hizo descubrir que no soy tan diferente de las mujeres de los cuarenta. Soy una mamá trabajadora con un horario apretado, pero aún estoy dispuesta a cenar en la mesa en familia.
Después de todo, he aprendido que un platillo saludable no tiene porque ser costoso o de mucho tiempo en prepararse. Porque en realidad estamos detrás de compartir más tiempo con las personas que amamos.
Tomado de rd.com I Tried Cooking Like a 1940s Housewife. Here’s What Happened