La exposición a la contaminación del aire se asocia con una pérdida en la densidad mineral ósea y con un mayor riesgo de fracturas dependientes de la osteoporosis, según un estudio conjunto de investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Nacional de Cancerología (InCan) y de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Columbia y que fue publicado en la revista The Lancet Planetary Health.
Los investigadores documentaron el efecto sobre un biomarcador clave en el metabolismo del calcio y sobre la densidad mineral ósea en la edad adulta, así como sobre el riesgo de fracturas en adultos mayores, se explicó en un documento del InCan.
Para lograr estos resultados, los investigadores evaluaron durante ocho años a un grupo de 698 adultos de bajos recursos que vivían en áreas con niveles elevados de material particulado (llamado PM2.5) y carbono negro (un componente de la contaminación del aire derivado de la combustión de combustibles fósiles), y se dieron cuenta que registraban menores niveles de hormona paratiroidea, la cual es fundamental para la regulación del metabolismo del calcio.
Los científicos también investigaron una gran disminución en la densidad mineral ósea que aquellos expuestos a menores niveles de contaminantes. Además, en un segundo estudio en el que incluyeron los datos de más de 750 mil fracturas de vértebras, cadera y antebrazo dependientes de osteoporosis, se halló que en aquellas áreas con mayores niveles de contaminación del aire por PM2.5, existía un mayor riesgo de ser hospitalizado por fracturas en adultos mayores, especialmente en las regiones de menores ingresos.
Cada vez son más conocidos los efectos de la contaminación del aire sobre la salud humano. Se sabía que la contaminación del aire afecta las vías respiratorias, el sistema cardiovascular, aumenta el deterioro cognitivo en los adultos mayores y aumenta el riesgo de cáncer, sobre todo el de pulmón.
Actualmente se sabe otro de los beneficios de contar con un aire más limpio es la disminución del daño ósea permanente presente durante el envejecimiento, lo que previene fracturas, morbilidad y mortalidad derivada de esas fracturas en adultos mayores.