La hortaliza que te ayudará a regular la presión arterial
No solo es deliciosa, su capacidad para regular la presión arterial, reducir el colesterol y controlar la inflamación la convierte en un alimento muy valioso.
Se trata de la alcachofa, una planta diurética que contiene altos niveles de potasio y que contribuye con la eliminación de líquidos del cuerpo, lo que a su vez puede reducir la presión arterial. También se recomienda que los diabéticos incluyan las alcachofas en su dieta para prevenir las complicaciones de la hipertensión.
La alcachofa es una planta perenne que pertenece a la familia de las asteráceas. Originaria de la región mediterránea, ha sido cultivada y consumida en todo el mundo por su valor nutricional y propiedades medicinales. La parte comestible de la alcachofa es el capullo floral inmaduro, conocido como “corazón de alcachofa.”
Son un alimento con poder alcalinizante gracias a su riqueza en minerales como calcio, magnesio y potasio, fibra y vitaminas del grupo B.
Pero destaca sobre todo por una serie de sustancias que se encuentran en cantidades muy pequeñas, pero que tienen notables efectos fisiológicos. Entre ellas destacan:
Es por tanto, un alimento depurativo a tener muy en cuenta.
Varios estudios científicos han demostrado que la alcachofa puede ayudar a reducir la presión arterial.
Un estudio publicado en la revista “Phytotherapy Research” encontró que la alcachofa redujo la presión arterial sistólica en un 10% y la presión arterial diastólica en un 8% en personas con hipertensión arterial.
Otro estudio, publicado en la revista “Journal of the American College of Nutrition”, encontró que la alcachofa redujo la presión arterial sistólica en un 6% y la presión arterial diastólica en un 4% en personas con prehipertensión.
De acuerdo con MedlinePlus es importante consumir esta planta, que también beneficia la función hepática, durante dos o tres días a la semana para aprovechar sus beneficios para la salud.
Se puede consumir de diversas formas, siendo una de ellas la de incluirla en una infusión como el té. Para ello necesitarás las hojas y los tallos de las alcachofas, así como las hojas de ortiga desecadas. Dichos ingredientes se hierven junto con agua y se dejan reposar durante aproximadamente media hora. Luego, se cuelan y la bebida está lista para consumir, es un poco amargo el sabor así que puedes agregar algún endulzante natural.
Como dato adicional: A la hora de prepararla, habrá que tener en cuenta algunas cosas para evitar su deterioro: conviene evitar los hervores prolongados, pues la sobrecocción afecta a su sabor y textura. Y, una vez cocida, tampoco debe guardarse, porque la coloniza un hongo de color grisáceo llamado bremia que podría resultar nocivo para la salud.
Con información de Cuerpo y mente , AARP.org y Vanguardia