La película fotográfica La película de fotografía es una tira de plástico transparente con un revestimiento de granulos de haluro de plata suspendidos en gelatina. La luz hace que los granulos se descompongan y...
La película fotográfica
La película de fotografía es una tira de plástico transparente con un revestimiento de granulos de haluro de plata suspendidos en gelatina. La luz hace que los granulos se descompongan y formen una imagen latente.
Para obtener buenas fotos se requiere una cantidad exacta de luz. Si hay muy poca, se produce una subexposición, y la impresión o la transparencia resulta oscura, carente de detalles. Con más luz de la debida se presenta la sobreexposición, que produce fotos demasiado claras, escasas en detalles.
Las películas de granos fotosensibles grandes reaccionan más deprisa y se les llama rápidas. Las lentas son de grano más fino y necesitan más luz en la exposición. La sensibilidad de las películas está graduada preferentemente en la escala ASA. A mayor número ASA, más rápida es la película.
Procesamiento en blanco y negro
El revelado es el primer paso en el procesamiento de la película. Por medio de él se intensifican los cambios químicos iniciados por la luz. Se realiza en la oscuridad, cuando la película aún es sensible a la luz.
En el cuarto oscuro, la película se sumerge en el líquido revelador, mezcla de sustancias químicas que revelan la imagen latente, aunque en negativo. El revelador convierte los granos del haluro de plata expuestos en finas partículas de plata metálica, las que se ennegrecen. Antes de que el negativo pueda manejarse en la luz, tiene que fijarse; esto es, hay que eliminar las partículas de haluro de plata no afectadas por la luz. Para ello se sumerge la película en un líquido fijador, como el tiosulfato de sodio. Después se prosigue con el lavado, que elimina los residuos del fijador, y finalmente se seca.
Para hacer la impresión positiva, el negativo se coloca en una ampliadora y se proyecta la imagen sobre un papel fotosensible, al tamaño requerido. Luego se expone el papel a la luz. El papel capta la imagen del mismo modo que la película, pero las partes más oscuras del negativo dejan pasar la menor cantidad de luz, así que se reproduce la escena original. Después de la exposición, se revela el papel y se fija la impresión en forma similar al negativo.
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