Conseguir una imagen del satélite fue una auténtica obsesión para algunos de los pioneros de la fotografía.
Conseguir una imagen del satélite fue una auténtica obsesión para algunos de los pioneros de la fotografía, como Louis Daguerre, uno de los precursores de este arte e inventor de la técnica que lleva su nombre. Intentó ser la primera persona en capturar el astro hermano. El largo periodo de tiempo necesario para conseguir fijar la imagen sobre la superficie de plata pulida le impidió lograr su objetivo.
Hubo que esperar hasta el 23 de marzo de 1840 para que el británico John William Draper presentase en la Academia de Ciencias de Nueva York la primera fotografía conocida de la Luna. Conseguirla costó a Draper varios meses de esfuerzo y numerosos intentos fallidos.
En las siguientes décadas, las técnicas fotográficas mejoraron notablemente, lo que permitió conseguir imágenes de la Luna de mayor calidad y resolución. Entre ellas destaca la tomada en 1863 por Henry Draper, hijo del autor de la foto anterior. Aun así todas las imágenes de la Luna mostraban siempre su cara visible.
Para poder contemplar una imagen de la cara oculta de la Luna fue necesario esperar hasta finales de los años 50 del siglo XX. El 7 de octubre de 1959, cuando en plena carrera espacial, la sonda soviética Luna 3 tuvo el honor de enviar las primeras quince imágenes que desvelaban cómo era el lado desconocido de nuestro satélite.