Las parteras, una opción que no se usa por desconocimiento
Los nacimientos podrían ser atendidos fuera de los hospitales por las parteras, personas calificadas para hacer este tipo de trabajos en casa.
Infinidad de expertos coinciden en que el sitio más adecuado para parir es el hogar. Este lugar le permite a la futura madre la posición más cómoda durante el alumbramiento, explica la doctora Guadalupe Hernández Ramírez, presidenta de la Asociación de Parteras Profesionales en México.
Las condiciones del alumbramiento y de cada cuerpo son diferentes, así que es vital la procuración de las condiciones para un parto más humanizado. Estas condiciones deben contemplar no solo un seguimiento minucioso del neonato, sino también de las emociones de la gestante.
“Desde tiempos inmemoriales se ejerce esta práctica que realizan las parteras y existen varios prototipos tradicionales para los cuales parir no representa un acto de dolor, sino de alumbramiento” añade Hernández Ramírez.
El modelo de partería abarca desde la etapa pre gestacional —y puede llevarse a cabo desde una consejería de pareja para encontrar el mejor momento— pasando por el desarrollo del bebé, durante la labor y posteriormente al nacimiento.
A lo largo de estos procesos las dulas juegan un papel muy importante, pues son mujeres altamente experimentadas que acompañan en todo momento a la embarazada.
Con este esquema, en México más de 80 por ciento de los 2.3 millones de nacimientos anuales podría ser atendido fuera de los hospitales por personal calificado y con estándares específicos.
El ideal sería lograr que las mujeres den a luz fuera de los hospitales, pero deben existir las condiciones oficiales y legales necesarias para que las parteras dejaran de ser una opción tan cara para la sociedad, explicó.
Para ser formada en esta profesión en el país existen la Escuela de Parteras Profesionales en Guerrero, —específicamente en Tlapa de Comonfort— que imparte una carrera técnica, así como las licenciaturas en Salud Sexual, Reproductiva y Partería que ofrece la Cruz Roja en Morelos y la Universidad Tecnológica de Tulancingo y las Escuelas de Enfermería y Obstetricia con posgrado en Perinatal de la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Politécnico Nacional.
El principal reto para las parteras ha sido transformar la perspectiva que existe de la salud sexual y reproductiva de manera global, pues durante los años que llevan trabajando en la parte legal han descubierto el gran desinterés y desinformación existente en las instituciones del sector sanitario, lamenta la doctora Karla Berdichevsky Feldman, directora General del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva.
Diferentes indicadores demuestran que el rezago en la materia –sobre todo en comunidades lejanas– provoca una mortalidad materna elevada: más de 30 muertes por 100 mil nacidos vivos, pero cuando se desagrega por grupos las mujeres indígenas duplican esta cifra y aquellas mayores de 35 años presentan casi cinco veces este indicador.
Frente a ello, se ha demostrado con bases científicas que los modelos donde se diversifica el equipo multidisciplinario y se incluyen enfermeras obstetras o parteras profesionales, contribuyen a cubrir los rezagos, e incluso en países donde esta práctica se ha profesionalizado ha mejorado el nivel de vida de la población.
Pese a ello, la Ley General de Salud no incluye a las parteras profesionales dentro del listado de especialistas autorizados para participar en actividades relacionadas con la salud reproductiva.
Hannah Borboleta, directora de la Casa de Partos Luna Maya en la Ciudad de México, sostuvo que este esquema representa una alternativa en el acceso a la salud, pues su tipo de atención disminuye los índices de violencia obstétrica y la excesiva medicalización que proveen los hospitales.
Además, evita ser parte de la proliferación de cesáreas, ya que México es el cuarto país con mayor número en ese tipo de procedimientos sin justificación médica, además que 35 por ciento de las mujeres que han dado a luz en hospitales públicos y privados han denunciado violencia obstétrica.
La apuesta política y social de las parteras es que se empiece a revisar el modelo de atención actual para que promuevan las licenciaturas del tipo para transformar y reorientar la opción oficial existente, concluyó la socióloga y antropóloga.