Llegó la primavera… y también las complicaciones para el asma
La entrada de la primavera puede convertirse en un desencadenante para quienes viven con asma por una mayor cantidad de alérgenos.
El manejo y control del asma son factores clave para la calidad de vida de las personas que viven con la enfermedad, sin embargo, se estima que a nivel mundial únicamente el 5 por ciento lleva un control adecuado de su condición.
El asma es una enfermedad respiratoria crónica que tan solo en 2019 en México afectó a más de 250 mil personas, ocupando el lugar 13 de morbilidad.
Entre los factores que pueden desencadenar los brotes se encuentra el cambio de estación, pues no sólo se modifica el clima, sino también la cantidad de polen y alergenos que hay en el ambiente.
“La calidad del aire, así como la lluvia y el polen pueden ocasionar que los síntomas empeoren”, explica el Dr. Carlos García Bolaños, miembro de la Sociedad Mexicana de Pediatría.
Cambios de rutina debido a la mejora del clima (como realizar ejercicio al aire libre o caminar) también pueden desencadenar un ataque, ya que el nivel de ozono, uno de los principales detonadores, es mayor en temperaturas elevadas.
“Los pacientes con enfermedades respiratorias preexistentes tienen un riesgo potencialmente mayor de efectos adversos de la exposición al ozono, pues suelen tener una menor reserva pulmonar”, dice Bárbara Haro, gerente médico de la franquicia de respiratorios de Boehringer Ingelheim México, Centroamérica y el Caribe.
El apego al tratamiento recomendado por el médico, es la mejor manera de controlar el asma y sus síntomas. Aunque no se trata de una enfermedad curable, hacerlo reduce los riesgos futuros de crisis, así como la posibilidad de hospitalizaciones, visitas a urgencias y alteración de la función pulmonar.
En 2019 esta condición afectó a 262 millones de personas y causó alrededor de 461 mil muertes, la mayoría de ellas en países en vías de desarrollo y subdesarrollados. Además, aproximadamente 10% población infantil la padece.
En México, el asma es una de las 10 primeras causas de atención en los servicios de urgencias y de consulta externa. Debido a que está subdiagnosticada y, en infinidad de casos, no controlada, se incrementa la probabilidades de:
Además, son el principal motivo de urgencias médicas, hospitalización, ausentismo escolar y muerte prematura.
Información del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias apunta a que es urgente mejorar la calidad de la atención de quienes padecen asma, pues por lo general su atención es deficiente.
No existen consensos ni programas que normen su manejo, los programas de estudio en las instituciones formadoras de recursos humanos para la salud no le dan la importancia suficiente y la investigación tanto básica como clínica y socio médica es muy pobre.
El asma es a menudo visto como una condición fácil de manejar, pero se sabe que 1 de cada 2 pacientes sigue teniendo síntomas a pesar de contar con un tratamiento.
Por lo general el tratamiento inicia con el manejo no farmacológico. Este consiste en ejercicio, plan de alimentación adecuado, modificación de los factores de riesgo medioambientales y evitar la exposición a agentes irritantes de las vías aéreas.
Cada paciente es distinto, así que el médico prescribirá el tratamiento farmacológico más adecuado a sus necesidades que, generalmente, se basa en el uso de medicamentos de mantenimiento y de rescate en caso de crisis asmáticas.
Existen medicamentos innovadores como broncodilatador de acción prolongada para el control del asma en adultos, adolescentes y niños de 6 años de edad en adelante que, a pesar de estar en tratamiento, permanecen sintomáticos.
Utilizar sólo medicamento de emergencia ocasionará que las crisis o exacerbaciones (incremento y agudización de los síntomas) se presenten con mayor frecuencia y exista un deterioro de la función pulmonar (capacidad para respirar).