Las fiestas de diciembre y enero no solo transforman la agenda social y familiar: también suelen modificar de forma importante nuestros hábitos cotidianos. Comer en exceso, beber más alcohol, dormir menos y romper la rutina de ejercicio puede tener consecuencias directas en la salud intestinal, en especial en la microbiota.

Puedes leer: La dieta que protege cerebro y corazón tras los 60 años



Qué ocurre con la microbiota durante las fiestas

Durante esta temporada es común consumir comidas abundantes, ricas en proteínas, azúcares y grasas —muchas de ellas ultraprocesadas—, además de bebidas alcohólicas. A esto se suma que se come a deshoras, se retrasan las cenas, se pica entre comidas y se alteran los horarios de sueño, lo que puede desajustar los ritmos circadianos.

Este conjunto de cambios afecta a la microbiota intestinal, es decir, a la comunidad de microorganismos —principalmente bacterias— que habitan en el intestino y cumplen funciones clave para la digestión, el metabolismo y el sistema inmunológico.

Cuando este equilibrio se rompe, aparece la disbiosis, una condición caracterizada por:

  • Aumento de microorganismos potencialmente dañinos
  • Disminución de bacterias beneficiosas
  • Menor diversidad microbiana
  • Alteración de la barrera intestinal, que permite el paso de sustancias nocivas al torrente sanguíneo

Inflamación, digestión y estado de ánimo

Una microbiota alterada tiende a producir metabolitos proinflamatorios, lo que puede generar inflamación en distintas partes del cuerpo. Por eso, la disbiosis se asocia con molestias digestivas como hinchazón, gases, diarrea o estreñimiento, pero también con cambios en el metabolismo y alteraciones en el estado de ánimo, debido a la comunicación constante entre el intestino y el cerebro.

A largo plazo, si esta situación se mantiene, puede contribuir al desarrollo de enfermedades metabólicas frecuentes como la obesidad y la diabetes tipo 2.

Quizá te interese: Ejercicio moderado: la clave para mejorar tu cerebro y microbiota

Por qué los menús navideños afectan al intestino

Los alimentos típicos de la temporada —como turrones, polvorones, embutidos y platillos ricos en grasas— se relacionan con un perfil microbiano menos saludable. El exceso de grasas no solo cambia la composición de la microbiota, sino que también favorece la producción de compuestos inflamatorios y debilita la función de barrera intestinal.

Además, las comidas navideñas suelen ser muy altas en proteína. Cuando se consume más proteína de la que el cuerpo puede digerir, una parte llega al colon, donde es fermentada por las bacterias, generando sustancias que pueden perjudicar el equilibrio intestinal.



Otro punto clave es la falta de fibra y prebióticos. Estos compuestos son el principal alimento de la microbiota: al fermentarse, producen ácidos grasos de cadena corta que favorecen la diversidad microbiana y protegen la pared intestinal. Su ausencia pasa factura.

Alcohol, horarios irregulares y sueño

El consumo elevado de alcohol está directamente relacionado con la disbiosis intestinal. Además de alterar la microbiota, el alcohol daña las uniones entre las células del intestino, facilitando el paso de bacterias y toxinas a la circulación, lo que puede provocar inflamación sistémica y afectar al sistema inmunológico.

Comer a deshoras, dormir poco y reducir la actividad física —situaciones frecuentes en Navidad— también influyen negativamente. Estos factores se asocian con una menor diversidad microbiana y con un aumento de bacterias relacionadas con inflamación y alteraciones metabólicas.

Otro tema de interés: La sopa antiinflamatoria que cuida tu microbiota y alivia la inflamación

¿Es un daño permanente?

La buena noticia es que la microbiota puede cambiar en pocos días. Aunque en unas dos semanas de excesos podría aparecer cierto grado de disbiosis, en personas sanas los efectos suelen ser moderados, temporales y reversibles.

La microbiota intestinal es altamente adaptable. Al retomar hábitos saludables, suele reequilibrarse de forma natural.

Cómo ayudar a tu microbiota después de los excesos

Para favorecer la recuperación intestinal, los especialistas recomiendan:

  • Limitar los excesos a los días festivos clave
  • Reducir el consumo de alcohol
  • Aumentar la ingesta de fibra (frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y semillas)
  • Consumir alimentos fermentados como yogur, kéfir o chucrut
  • Realizar actividad física diaria
  • Dormir al menos siete horas y mantener horarios regulares

Volver a una alimentación equilibrada, respetar los tiempos de comida y recuperar el descanso es clave para que la microbiota intestinal recupere su equilibrio.






Comunicóloga por la UNAM. Redactora de temas de bienestar general. Apasionada del mundo digital, soy geek, metalera, petfriendly. Fan de las pelis de terror y el anime. Una de mis frases favorita es: "Yo solo sé que no sé nada” de Sócrates. MÁS DEL AUTOR

RECOMENDADO

Revistas
Revista Guía de bienestar
SUSCRÍBETE A LA REVISTA