Lo que tu rostro dice de ti: refleja tu personalidad
La forma del rostro, la forma de la nariz, de la boca; las emociones que sentimos y las expresiones que las acompañan dejan huella en ti.
La forma del rostro con la que nacemos, de la nariz, de la boca; las emociones que sentimos y las expresiones que las acompañan y que van dejando huellas en nuestros rostros. Todo ello dice algo de nosotros, de nuestras vivencias y personalidad ¿Qué dice tu cara de ti?
“Todos sabemos –comenta David Duarte, pionero en México de la medicina UNANI- la importancia de la expresión facial en la comunicación. El poder de una sonrisa o de un ceño fruncido son bien conocidos por todos, pero de lo que las personas aún no se han percatado es que su cara es un registro viviente de su personalidad.
Cada rostro refleja en su estructura y líneas la historia personal de su dueño, sus actitudes mentales, su carácter, requerimientos de intimidad, personalidad extrovertida o introvertida, preferencias personales, relación con el dinero, entre muchas cosas más.
Nuestra cara es como un mapa personal y las personas que saben sobre fisionomía tienen las herramientas para leer y entender el mapa.
Aprender a leer el rostro es como aprender un nuevo idioma sólo que es un idioma que ya conocemos y usamos aunque no seamos plenamente conscientes de ello. Desde la más temprana infancia, los bebes aprenden a imitar las expresiones faciales de las personas que los rodean, sobre todo de sus padres.
En ese sentido, existe un libro muy interesante llamado “El Método Blossom: ¿Cómo hablar con tu bebé desde su nacimiento?”, en donde la autora Vivien Sabel explica cómo los bebes buscan comunicarse a través de expresiones faciales y lenguaje corporal con sus madres desde los primeros días de nacido.
David Duarte explica que la lectura del rostro es una parte inherente de nuestra naturaleza. Antes de poder hablar, los grupos humanos dependían de la comunicación no verbal para su supervivencia.
Hoy en día, continuamos leyendo el rostro y respondiendo al lenguaje corporal de los demás aunque no seamos plenamente conscientes de ello. Recordemos que la comunicación no verbal representa el 3% del total de nuestra comunicación, mientras que la no verbal es el 97% .
Otro dato interesante -agrega- es que nuestras caras también son formadas por nuestro medio ambiente. Si bien es cierto que nuestras caras reflejan nuestro carácter interno, también lo es que nuestro sentido de auto-identidad suele depender de la retroalimentación que recibimos de aquellos que nos rodean. El cómo nos sentimos produce una respuesta emocional que con el tiempo se marca en las líneas de nuestro rostro.
La práctica de la fisionomía o lectura del rostro es un arte antiguo conocido y practicado alrededor del mundo. En la medicina china ha estado presente durante siglos y los griegos escribieron mucho sobre la estrecha relación entre la estructura facial y el carácter.
Por ejemplo, tanto el padre de la medicina, Hipócrates, como Aristóteles estudiaron la fisionomía. Aristóteles en su libro “Historia de los Animales” describe cómo puedes leer la personalidad de una persona en su rostro.
Comunica el estilo de pensamiento y desarrollo mental de una persona. Hay tres tipos básicos:
Comunica la forma en que la persona recibe el aire para vivir, por eso indica la cantidad de energía que tiene una persona, también el estilo de trabajo y como maneja el dinero.
Hay seis tipos básicos:
No sólo indica nuestra forma de expresarnos sino nuestro nivel de sensualidad e incluso el cómo interpretamos lo que otros nos dicen.
Hay dos tipos básicos según su tamaño:
Debido a que nuestros ojos son el órgano sensorial primario para la luz, no es de sorprenderse que les hayan llamado “la ventana del alma”. Los ojos reflejan nuestras actitudes, nuestra apertura. También el cómo dejamos pasar o censuramos la información.
De acuerdo al espacio que hay entre ambos hay dos tipos básicos:
Otro aspecto interesante de los ojos: es la profundidad de los ojos en la cuenca del ojo en donde se expresa la forma de participar en la vida. Existen dos formas básicas:
Representan el poder personal que perciben los demás, muchas veces la primera respuesta que recibimos de los demás es por los cachetes.
Hay cuatro tipos:
“Recomiendo la lectura de los libros de “Amazing Face Reading” de Mac Fulfer y “Fisiognomía” de Alfonso Granda para seguir profundizando en el tema”, finaliza Duarte.