16 secretos de las familias felices
Estas pequeñas actividades ayudarán a cambiar el ambiente familiar y crearán un mejor entorno dentro de tu hogar y en las relaciones intrafamiliares.
Los científicos han descubierto que las personas que se sientan una al lado de la otra son más propensas a colaborar que las que se sientan de frente o en diagonal.
Una luz tenue puede hacer que la gente se sienta relajada y segura, y ayudar también a que las conversaciones sean más íntimas.
Las investigaciones demuestran que los niños que saben más acerca de los éxitos y fracasos de sus parientes son más resistentes y capaces de moderar los efectos del estrés.
Un estudio realizado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts, la Universidad Harvard y la Universidad Yale indica que las personas son más flexibles y complacientes cuando se sientan en superficies acojinadas.
Mi esposa y yo ahora tenemos las conversaciones difíciles sentados en el sofá, y las juntas familiares en la mesa de la cocina, que tiene sillas acojinadas.
Al decir de la antropóloga Sarah Blaffer Hrdy, los abuelos son el “as bajo la manga” de la humanidad. Una revisión de 66 estudios reveló que las madres que reciben ayuda de las abuelas en la crianza de los niños se estresan menos, y sus hijos se adaptan mejor que los niños que no conviven con sus abuelas.
A la hora de cenar, cada miembro de la familia debe contar algo positivo y algo negativo que hizo o le pasó a lo largo del día.
Numerosos estudios muestran que cuando los niños escuchan a sus padres y a sus hermanos expresar los altibajos que tuvieron durante la jornada, desarrollan empatía y solidaridad con la gente con la que conviven.
“Cuando las necesidades de tu familia entran en conflicto con las tuyas, te ves obligado a tomar una decisión”, observa Jason McCarthy, un ex miembro de las Fuerzas Especiales del Ejército de Estados Unidos. “O decides apoyar a los demás, o te pones en contra de ellos”. Aprovecha la disyuntiva para demostrar lealtad a tu familia.
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Traza tres columnas y etiquétalas con estos encabezados: “Por hacer”, “En proceso” y “Terminadas”. Conforme cada miembro de la familia empiece a ocuparse de las tareas que le corresponden, se moverá de la primera columna a la segunda, y luego a la tercera.
“Les garantizo que trabajarán el doble”, dice Jeff Sutherland, uno de los firmantes del Manifiesto por el Desarrollo Ágil de Programas Informáticos.
Las investigaciones muestran que lo más conveniente es ser flexible, ya sea con la estrategia que usas para hacer que todos salgan a tiempo por la mañana o con las técnicas que utilizas para disciplinar, entretener o inspirar a tu familia.
Los padres tienen un trabajo muy importante cuando se trata de la experiencia de un niño con el deporte, dice Jim Thompson, fundador de Positive Coaching Alliance. Después de un partido, evita hacer hincapié en los errores de tu hijo. Puedes decirle “Esta vez no salieron las cosas bien, pero sé que no te rindes fácilmente”, aconseja Thompson.
Investigadores de Indiana pasaron cuatro años llevando un registro de las veces en que parejas de esposos arqueaban las cejas y fruncían la nariz o los labios mientras discutían.
Después hablaron con las parejas y llegaron a la conclusión de que, de todos los gestos de impaciencia o enojo, el que suscitaba mayor tensión era alzar la mirada y mover los ojos de un lado a otro.
“Las juntas familiares son reuniones que se programan con regularidad para llamar la atención sobre comportamientos específicos”, señala David Starr, otro firmante del Manifiesto por el Desarrollo Ágil de Programas Informáticos. “Si no tienes un entorno confiable para discutir problemas, cualquier plan para mejorar a tu familia fracasará”.
En los años 50, un psiquiatra británico se percató de que sus pacientes interactuaban más unos con otros cuando se sentaban frente a frente en vez de lado a lado. Lo mismo ocurre con las familias. Si quieren tener juntas más incluyentes y provechosas, siéntense formando una O, y no una L o una V.
Es preferible hablar en plural. “Tenemos que comunicarnos mejor” resolverá una pelea más pronto que “Tú nunca me dices lo que está mal”, dice James Pennebaker, psicólogo de la Universidad de Texas.
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Dos psicólogos de Chicago determinaron que ese periodo es el más estresante del día, porque los padres salen muy tensos del trabajo, los niños están cansados y todos se reúnen en casa a esas horas.
John Gottman, psicólogo de la Universidad de Washington, descubrió que los puntos esenciales en cualquier discusión se plantean en los primeros tres minutos. Luego, dice, las personas tienden a repetirlos alzando la voz cada vez más.
¿Que tipo de actividades hacen en casa para que tu familia sea feliz?