Los mil días que definen el futuro de tu hijo

Los nueve meses de embarazo y los primeros dos años de vida marcan el futuro de un ser humano, pues es durante esa etapa, conocida como los primeros mil días, cuando una adecuada nutrición brindará un efecto protector contra padecimientos cardiovasculares, asma y obesidad.

Tras el nacimiento, explica el endocrinólogo pediatra Miguel Ángel Guagnelli, el bebé experimenta el crecimiento más rápido: duplica su talla y triplica su peso.

Además, es la etapa en la que el cerebro tiene una actividad importantísima, pues las 85 mil millones de neuronas comienzan a hacer sinapsis. “El 50 por ciento de las calorías que consume un bebé son para el cerebro, así que una alimentación equilibrada es primordial”.

Pero también es esta misma etapa cuando los bebés son más vulnerables a ser malnutridos o a padecer enfermedades que pueden impactar en el resto de su vida.

Embarazos planeados, lo ideal

Aunque los primeros días son vitales, sin duda lo ideal sería que la mujer que planea embarazarse se alimentará adecuadamente antes de concebir, pues la nutrición determina su salud reproductiva.

La calidad y la cantidad de alimentos de la futura madre disminuirán las probabilidades de tener complicaciones como la preclamsia o la diabetes gestacional, además de que el crecimiento y el desarrollo del bebé depende directamente de la dieta materna.

Las mujeres que intentan concebir deben asegurarse de ingerir una cantidad adecuada de omega-3 DHA, vitaminas y minerales para preparar a su cuerpo para la concepción y un embarazo saludable.

Embarazo adolescente, un problema

De cada tres embarazos en México, uno es en menores de 20 años. “En ese grupo de edad, menos del 20 por ciento de los embarazos es planeado, así que si descubres que estás embarazada a los cinco o seis meses, cuando el bebé ya está formado, los nutrimentos que tomes no serán igual de eficaces”, precisa el especialista.

Pensemos en la información genética como un libro donde ya está escrito todo lo que heredarán papá y mamá al hijo. “Una buena o mala nutrición puede hacer que unas partes de ese libro queden borrosas y que otras resalten. Nutrientes adecuados o un ambiente adverso dejan marcas en ese libro”, explica Guagnelli.

Eso es lo que se conoce como epigenética, y aunque a lo largo de la vida pueden darse otros cambios, es durante la gestación cuando cierta alimentación hará que se expresen más o menos ciertos genes.

Del otro lado de la moneda del embarazo adolescente están las mujeres que se están convirtiendo en madres por primera vez en etapas más avanzadas de la vida.

Esas mujeres se preparan para recibir al futuro bebé, pues tienen más información y medios económicos para nutrirse adecuadamente.

Las embarazadas, los bebés y los niños pequeños necesitan micronutrientes específicos en niveles adecuados para encaminarse hacia una vida larga y sana.

Los micronutrientes son vitaminas y minerales esenciales para una óptima nutrición, y aunque sólo son necesarios en pequeñas cantidades, hacen una gran diferencia en las personas y son importantes para lograr impactos profundos en la salud pública.

La vitamina ideal para las embarazadas

¿Es posible que las mujeres que desean embarazarse disminuyan las probabilidades de que su bebé presente un desorden neurológico? Sí es posible.

Un estudio reciente concluyó que los recién nacidos con óptimos niveles de vitamina D en sangre tenían un riesgo muy bajo de desarrollar esclerosis múltiple, enfermedad debilitante que afecta cerebro, médula espinal y nervios ópticos.

La obesidad infantil es un problema de salud pública en México y en el mundo. El número de chicos obesos o con sobrepeso ha superado los 42 millones en todo el mundo, y aunque las razones de las crecientes tasas de obesidad no son del todo claras, se sabe que la buena nutrición en la primera infancia incide en la reducción de la obesidad.

Las madres con sobrepeso y con falta de nutrientes esenciales durante el embarazo y la lactancia propician niños obesos. También se sabe que los hijos de madres con niveles bajos de ácido fólico son más propensos a tener kilos de más hacia los seis años de vida.

Una dieta adecuada para madre y bebé ayuda a que los futuros adultos tengan un peso saludable. Pero a pesar de esa información, la experiencia demuestra que la mayoría de las personas no sigue las recomendaciones dietéticas y prefiere alimentos poco nutritivos.

Y esa tendencia no es exclusiva de los países en desarrollo, sino de todo el mundo, pues un estudio demostró que entre el 58 al 88 por ciento de los adultos no come suficientes frutas y verduras.

La mayoría de los nutrientes se obtienen de los alimentos, pero existe uno difícil de hallar. Se trata del DHA, un ácido graso que es el principal componente estructural no sólo del cerebro humano, sino también de la retina ocular.

El pescado, en específico el azul, es prácticamente la única fuente real de omega-3, especialmente de DHA, pero el consumo de pescado ha descendido estrepitosamente en los últimos 100 años, así que en general las ingestas de pescado azul están muy por debajo de los niveles recomendados.

Otro nutriente esencial para los primeros mil días es el ácido araquidónico (ARA). Este ácido graso es el omega-6 más abundante en el cerebro y se encuentra de forma natural en la lecha materna en combinación con el DHA.

El ARA se considera un nutriente fundamental en la primera etapa pues está directamente relacionado con el desarrollo cognitivo, visual e inmune del bebé.

Lucy Jones, dietista y miembro de la British Dietetic Association, explica que en los últimos años los padres prefieren para sus hijos dietas basadas en ingredientes naturales sin procesar, lo que ocasiona falta de ciertos nutrientes.

Para suplir dichas carencias, la especialista recomienda el consumo de alimentos enriquecidos.

La leche materna contiene todo lo necesario para una adecuada nutrición, pero debido a que no todas las mujeres pueden amamantar, las leches enriquecidas ayudan a incrementar la ingesta de nutrientes vitales.

Las madres que están amamantando también tiene la opción de ingerir suplementos dietéticos de alta calidad, así como vitaminas y multivitamínicos prenatales combinados con DHA.

Pues ya lo sabes, los primeros mil días de vida son la oportunidad que tienes para darle a tu hijo un futuro sano y prometedor.

¿Cómo viviste los mil días de tu hijo?

Staff

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