“Estamos comiendo alimentos que están abonando a la enfermedad, a procesos bioquímicos que nos están enfermando, pero que pueden ser corregidos casi al 100 por ciento” explica la doctora Carolina González, especialista en medicina molecular, una rama médica que desarrolla métodos de diagnóstico y tratamiento de una enfermedad mediante la comprensión del funcionamiento de los genes, las proteínas y otras moléculas celulares.
Este tipo de medicina se basa en investigaciones que muestran el mecanismo por el cual ciertos genes, moléculas y funciones celulares dejan de ser normales en enfermedades como el cáncer.
La medicina molecular analiza los mecanismos que activan o desactivan procesos de enfermedades, pero ha centrado sus esfuerzos en el conocimiento del mecanismo de envejecimiento.
Algunas líneas de investigación de esta rama médica han resultado en premios Nobel, y se considera la medicina del futuro. “No hablamos de creencias ni de charlatanería, al contrario, es el resultado de estudios realizados desde hace cientos de años y de los cuales ahora se tiene más certeza científica” precisa la especialista.
Es posible que escuches medicina molecular y te imagines procesos complicados, pero no es así.
De hecho el diagnóstico se realiza durante una consulta, aunque hay una diferencia, pues mientras un especialista se enfoca en un solo órgano o sistema, el especialista en medicina molecular realiza un abordaje integral, pues analiza la interacción de los sistemas.
“Si asistes a consulta por una enfermedad, analizamos su probable origen, dónde estuvo la deficiencia o causa principal y se implementa un tratamiento específico” precisa Carolina González.
El 80 por ciento del diagnóstico se basa en conocimiento teórico. “El diagnóstico es artesanal porque cada persona es única”. Una vez detectado el origen, se ordenan exámenes de laboratorio para comprobar lo detectado.
Los exámenes de rutina, además, revelan si el paciente está teniendo manifestaciones subclínicas, es decir, que aún no las manifiesta, pero que ya son evidentes a nivel molecular.
Para lograr la curación, la medicina molecular se apoya en la fitoterapia, ciencia que estudia la utilización de los productos de origen vegetal con finalidad terapéutica, ya sea para prevención, atenuación o curación de un estado patológico.
“Algunas personas, por ejemplo, enferman por falta de folatos, así que hay que suplementarles con Complejo B, altas dosis de vitamina C, zinc u otro mineral” explica la también especialista en nutrición deportiva.
Para obtener los beneficios de las plantas, se usan desde tinturas y extractos medicinales o pastillas y cápsulas estandarizadas para corregir las deficiencias existentes en el cuerpo humano.
Si la persona tiene alguna deficiencia genética o algo más específico requeriría otro tipo de tratamiento, pues la medicina molecular se enfoca más en pacientes que, por ejemplo, ya tienen niveles bajos de insulina, situación que puede corregirse con dos tratamientos: el nutricional, —en donde se integran los superalimentos que por su alto valor nutricional pueden corregir estas deficiencias, y la fitoterapia.
La medicina molecular ha sido exitosa en el tratamiento de enfermedades como diabetes, colitis, hipertensión y alergias, pues son padecimientos que se manifiestan tras un largo periodo de inflamación crónica.
“Antes se pensaba que a esos enfermos se les debía tratar únicamente con medicina alópata, pero ahora sabemos que, si bien no hay una cura para algunos de estos males, pueden controlarse con el cambio de estilo de vida, con la incorporación de alimentos funcionales y con un estilo de vida activo” dice Carolina González.
Tal vez por el nombre la gente cree que la medicina molecular es costosa, pero en realidad es accesible porque se basa en la reeducación alimentaria, en correcciones y en la incorporación de alimentos que están al alcance de todos y que a veces no se incorporan a la dieta porque se desconoce su potencial.
“Los complementos que se recetan pueden resultar más económicos que un tratamiento alópata convencional. Definitivamente es más barato que si tienes que comprar medicamentos de síntesis de por vida, que es la realidad de personas que padecen enfermedades crónicas” dice.
Este tipo de medicina revierte la enfermedad y evita gastos catastróficos.
Países como Alemania ya contemplan la medicina alternativa y complementaria en la seguridad social, Canadá ya la está implementando, y en América Latina, Colombia y Argentina también la consideran dentro de sus opciones de tratamiento, mientras que México, en donde existe una gran riqueza de medicina tradicional, se ha quedado rezagado.
“Algunos suplementos de la medicina molecular cuestan entre 300 y 500 pesos y duran uno o dos meses, mientras que el tratamiento para daño renal o hepático alcanza hasta 1,500 pesos a la semana”. De ahí la importancia de tratar las enfermedades cuando se presentan a nivel molecular.
Uno de los retos de la medicina moderna es la revelación de los aspectos moleculares del cuerpo humano y sus alteraciones, pues es el camino para el desarrollo de tratamientos terapéuticos personalizados, lo que transformará el pronóstico de infinidades de padecimientos.
¿Habías escuchado sobre la medicina molecular? ¿Intentarías probar esta alternativa?
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