Un infarto no siempre “avisa” con dolor en el pecho
Aprender a distinguir entre los datos científicamente comprobados y los mitos de los médicos te permitirá cuidar mejor de tu salud.
¡Mito! Los médicos saber que los gérmenes son los únicos culpables. Aun cuando salgas al frío helado con el cabello húmedo, si no hay patógenos, no te resfriarás.
Sin embargo, existe una correlación: los virus que causan el resfriado común prefieren los ambientes fríos.
¡Realidad! Según un estudio hecho en 2012 en más de 1.1 millones de víctimas de infarto, 31 por ciento de los hombres y 42 por ciento de las mujeres no sufrieron dolor torácico antes de ser hospitalizados.
La American Heart Association recomienda llamar a urgencias si se experimentan otros síntomas, como mareo, dificultad para respirar e incomodidad en otras zonas del tren superior.
¡Mito! Los investigadores se refieren al fenómeno como la “paradoja de la obesidad”, aunque sería más exacto hablar de la “paradoja del sobrepeso”. El primer padecimiento se asocia a una gran cantidad de problemas físicos, entre ellos la llamada mortalidad general; no obstante, en el caso del segundo, la evidencia no es definitiva.
Durante una revisión reciente de 10 estudios médicos en más de 190,000 personas, se descubrió que, si bien corren mayor riesgo de desarrollar cardiopatía, las personas con sobrepeso son tan longevas como aquellas cuyo peso es normal.
¡Realidad! Gran parte de la lesión es atribuible a la respuesta inflamatoria; el hielo puede dañar las células y empeorar todo. Los médicos recomiendan sumergir la herida en agua fría unos cinco minutos. Después hay que lavar con jabón neutro y aplicar un ungüento antibiótico.
¡Mito! Estas sustancias retienen el sudor en el cuerpo temporalmente. Por eso algunos expertos creían que el líquido acumulado en los conductos sudoríparos propiciaba la formación de tumores.
Pero aún no ha sido posible confirmar tal teoría: de acuerdo con los resultados de la mayor investigación al respecto efectuada hasta la fecha, no existe ningún nexo entre el cáncer y el uso de antitranspirantes o desodorantes.
¡Mito! Las zanahorias deben su fama de potenciadores visuales a la sustancia química que les proporciona su característico color: el betacaroteno. Este compuesto se transforma en vitamina A, que mejora el desempeño de los ojos en la oscuridad. No obstante, el proceso de conversión no es eficiente y el cuerpo lo suspende una vez que ingieres cierta cantidad del nutriente.
Para mejorar la vista, consume verduras ricas en vitamina A, como las hortalizas (por ejemplo, la col rizada o la espinaca).
¡Realidad! Después del golpe, lo médicos dicen que lo ideal es mantener al paciente despierto varias horas a fin de observar su evolución. Hecho esto, tomar siestas y dormir lo suficiente por la noche ayudará a la recuperación.
¡Mito! Esto eleva la posibilidad de tragar sangre, lo cual podría irritar el estómago y provocarte vómito. En vez de eso, los médicos dicen que debes inclinar la cabeza ligeramente hacia delante y oprime las aletas nasales durante 10 minutos.
¡Mito! Si bien quienes comen como pajaritos no tendrán problema con este régimen, otros se quedarán con hambre y el plan les jugará en contra.
Los médicos mencionan que lo importante es prestar atención a la cantidad de nutrientes y calorías que consumes; la distribución de su ingesta no es tan importante.
¡Mito! Si logras espabilarlo, estará desorientado o angustiado; sin embargo, los médicos dicen que es muy poco probable que le dé un infarto o entre en coma.
Lo mejor que puedes hacer es acompañar a la persona a la cama o despertarla con sutileza para no asustarla.
¡Mito! Contrario a lo que dicta la sabiduría popular, introducir una cuchara a la boca del convulso no evitará que se ahogue y, en cambio, podría lesionarle la dentadura o la mandíbula.
Mejor coloca al afectado de costado con objeto de evitar que se atragante con su vómito o saliva; protege la cabeza de los golpes con una almohada.
¡Mito! La orina e incluso el agua podrían estimular la liberación de más veneno, lo cual exacerbaría el suplicio, según los médicos. Extrae con cuidado cualquier tentáculo y, si te es posible, enjuaga con vinagre la zona atacada.
¡Mito! Tal vez los gérmenes cutáneos se transfieran a la pastilla cuando te enjabonas; sin embargo, viven tan poco tiempo que no tienen oportunidad de propagarse.
El estudio más riguroso al respecto, publicado en 1965, ha determinado que los organismos que llegan a las barras mueren a los pocos minutos y no se transmiten de persona a persona.
¡Realidad! “Con frecuencia, los cardiópatas ponen su enfermedad como pretexto para reducir su nivel de actividad física cuando en realidad deberían hacer todo lo contrario”, dice Salim Virani, presidente del Consejo para la Prevención de Enfermedades Cardiovasculares del American College of Cardiology.
Los médicos especialistas mencionan que entrenar por lo menos 20 o 30 minutos la mayoría de los días fortalecerá al corazón. Pídele ayuda al médico para diseñar una rutina sin riesgos.
¡Mito! Aunque en el corto plazo es posible que canse la vista, no existe evidencia de que leer bajo luz tenue produzca lesiones permanentes. La iluminación debe concentrarse en la página, no en tu hombro; así no te deslumbrará el brillo.
¡Realidad! Los niños pequeños son propensos a devolver tras un acceso de tos debido a que sus reflejos faríngeos son hiperreactivos; pero lo anterior también puede ocurrirles a los adultos.
Aunque por lo general no se trata de algo grave, si el malestar no cede, acude con los médicos a una consulta.
¡Mito! No existen pruebas que establezcan un vínculo definitivo entre tal hábito y el trastorno en cuestión. Sin embargo, algunas investigaciones sugieren que tronarse los dedos lesiona los tejidos blandos (una posible fuente de inflamación) y merma la fuerza de prensión.
¡Realidad! No hay evidencia científica de que ocho sea el número mágico. Quizá necesites más o menos; esto depende de factores como el clima y tu talla. Para mantenerte bien hidratado, los médicos recomiendan que basta con beber agua a lo largo del día.
¡Realidad! “Jorobarse, sin duda, es perjudicial, pero permanecer con la espalda recta también tiene sus repercusiones”, señala Neel Anand, profesor de cirugía ortopédica y director médico del Departamento de Cirugía por Traumatismo en Columna del hospital Cedars-Sinai Spine Center, ubicado en Los Ángeles.
“Sentarse erguido por periodos muy prolongados y sin descanso crea tensión en la columna”. Médicos especialistas señalan que es mejor recargar la espalda baja en el respaldo de la silla y mantén las piernas juntas (no cruzadas), de modo que formen un ángulo de 90 grados con las rodillas. Levántate y estírate cada media hora.
¡Mito! Los adultos mayores suelen dormir menos debido a las enfermedades crónicas propias de la edad y a los efectos de los medicamentos con que las tratan. Sin embargo, esto no significa que requieran descansar menos.
Si bien esta necesidad cambia de persona a persona, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos aconsejan que todos los adultos reposen al menos siete horas con el propósito de conservarse en estado óptimo.
¡Realidad! En los instantes previos a que estos se produzcan, la presión en los pulmones se eleva. El aire acumulado necesita circular y el organismo intentará expulsarlo; no obstante, si te tapas la nariz y la boca, podría dirigirse a los oídos.
Aunque es inusual, enviar el estornudo en esa dirección podría provocar lesiones, como la rotura de la membrana del tímpano.
¡Realidad! En 2004, la Administración de Alimentos y Medicamentos aprobó el uso de sanguijuelas para los médicos en algunos pacientes posquirúrgicos. Este tratamiento no tiene nada que ver con las sangrías de antaño, cuyo objetivo era extraer la enfermedad del cuerpo; eso no funciona.
Sin embargo, según distintos estudios, los hematófagos pueden utilizarse sin riesgos para evitar la coagulación, lo que es útil en pacientes quirúrgicos propensos a presentar estancamiento sanguíneo en los vasos.
¡Mito! Aunque ya te sientas como nuevo, sigue tomando el fármaco tal y como te lo indicaron los médicos.
A veces, los síntomas desaparecen, pero la infección permanece latente; por lo tanto, existe la posibilidad de sufrir una recaída; además, por si fuera poco, esta vez la infección podría ser resistente al antibiótico.
¡Mito! Al enjuagarte la boca con agua o productos sin fluoruro, eliminas el flúor que previene la caries; esto impide que surta efecto.
Si necesitas enjuagarte, utiliza un poco de agua para eliminar el exceso de espuma dentífrica y luego escupe, tal como lo recomiendan ciertos estudios médicos; además, así el mineral quedará en tus dientes.
¡Mito! Según distintos experimentos, correr con fines recreativos no incrementa el riesgo de desarrollar síntomas de reumatismo en las rodillas u otros problemas ortopédicos.
“De hecho”, explica el doctor James Smoliga, director del Laboratorio de Fisiología y Biomecánica Humana de la Universidad High Point, “hacerlo fortalece los músculos que estabilizan la rodilla, lo cual podría prevenir la aparición de lesiones y reumatismo articular”.
¡Mito! Es posible que el whisky te haga entrar en calor e incluso que te ruborice; esto se debe a que el alcohol dilata los vasos sanguíneos, con lo cual la sangre se desplaza hacia la piel.
Sin embargo, esta sensación de calor también interrumpe el reflejo de tiritar, lo cual disminuye la temperatura corporal aún más.
¡Realidad! Pareciera que cualquier cosa capaz de acelerar el corazón impondría una excesiva carga de trabajo a este órgano; sin embargo, las pruebas indican lo contrario. Según distintos estudios, beber tres tazas de café al día podría reducir la propensión a problemas cardiovasculares.
Quizá los antioxidantes del café tengan algo que ver; además, es posible que la cafeína acelere los procesos celulares de reparación cardiaca.
¡Realidad! Durante un estudio en casi 8,000 adultos, quienes estuvieron sentados por más tiempo en general, o por el periodo continuo más prolongado, presentaron el mayor riesgo de morir, aun cuando hubieran conseguido hacerse un espacio para entrenar.
Lo anterior no implica que ejercitarse sea inútil. No obstante, la rutina habitual no basta: es importante intercalar periodos de actividad a lo largo de la jornada.
¡Mito! Para bien o para mal, cuando se experimenta un flato, los gases permanecen en el mismo sitio. Llegado el momento, te descuidarás y el organismo los expulsará sin mayor problema (al menos para ti, aunque quienes estén a tu alrededor tal vez no estén de acuerdo).
Las flatulencias causarían daño potencial solo en caso de obstrucción intestinal grave, debido a que la presión acumulada podría provocar el estallido del colon; sin embargo, esto es muy poco frecuente. de acuerdo al testimonio de algunos médicos.
¡Realidad! Según un artículo científico publicado en la European Journal of Clinical Nutrition, los insectos comestibles son tan saludables como la carne de res o pollo. Hasta podrían tener ciertas ventajas, como un mayor aporte de calcio, por ejemplo.
Durante un estudio, el desayuno tradicional produjo más marcadores de inflamación en el intestino que la comida a base de grillos.
¡Mito! “Los médicos saben que salir de la depresión no solo es posible; los pacientes que reciben el tipo y la cantidad de ayuda que necesitan tienen muy buen pronóstico”, señala Mark Henick, maestro en ciencias y promotor de la salud mental.
“Los medicamentos, la psicoterapia y el apoyo en cuanto a vivienda, empleo e integración social constituyen el estándar de oro para impulsar la recuperación”.