Niño de 9 años se suicidó por el bullying que sufría en la escuela
Hace una semana Jamel Myles regresó a clases a la escuela primaria Joe Shoemaker, en Denver. Y días después fue encontrado muerto en su casa, se cree por culpa del bullying.
Hace una semana el pequeño Jamel Myles regresó a clases a la escuela primaria Joe Shoemaker, en Denver, Estados Unidos. Y días después fue encontrado muerto en su casa, por consecuencia del bullying.
Su madre Leia Pierce relató que durante el verano el niño le dijo que era gay “y estaba muy asustado cuando me lo dijo”. Ella le respondió: “Yo te sigo amando”. Luego dijo a su madre que estaba orgulloso y quería decir a sus compañeros de la escuela que era gay.
Preguntamos a un grupo de expertos y nos compartieron los comportamientos que son las principales señales de alarma.
Debido a que la escuela es un punto común para el bullying, el rechazo de un niño a despertarse y salir por la mañana podría indicar que algo anda mal. Con los niños más pequeños, tienes que estar atento a las excusas recurrentes para quedarse en casa, como sentirse mal o sentir dolores, también estar al pendiente de llamadas frecuentas de la enfermería de la escuela solicitando salir temprano.
Cuando se trata de jóvenes y adolescentes, es importante hablar con los maestros periódicamente para controlar la asistencia, ya que es más probable que se salte la escuela en este periodo de edad. Donna Clark-Love, una especialista en intimidación escolar y asesora de prevención en Houston, Texas, sugiere mantener un ojo especial en los primeros días de la semana “los niños tienden a sentirse más seguros en casa los fines de semana, y la idea de volver el lunes es difícil para ellos”.
Los dolores de cabeza y de estomago son manifestaciones físicas comunes del estrés y la ansiedad asociados con el acoso escolar. También pueden ser dolencias que son fáciles de falsificar como excusas para quedarse en casa y no ir a la escuela o a otras actividades sociales.
Si tu hijo se queja de estos síntomas regularmente, habla con ellos al respecto, sugiere Bailey Lindgren, un asociado del Centro Nacional de Prevención del Bullying de la Coalición para la Defensa de los Derechos Educativos. Recomendamos decir algo así como: “Parece que seguido te sientes mal últimamente; ¿puedes decirme qué pasa con eso?”
Hacer preguntas de final abierto crea un espacio no conflictivo donde se puede discutir la raíz del problema.
Una pérdida o cambio en el grupo de amigos podría ser un indicador de intimidación, especialmente en jóvenes y adolescentes. Del mismo modo, la renuencia a pasar el rato con amigos podría indicar que la intimidación tiene lugar dentro de este grupo, dice Clarl-Love.
“Vemos esto con muchos “grupos de chicas malvadas” y a menudo es difícil para un niño reconocerlo como intimidación”. Los padres pueden mantenerse al tanto de los turnos dentro del grupo de amigos de sus hijos al conectarse con otros padres del grupo. De esta forma, es más fácil darse cuenta cuando un niño queda fuera de las fiestas y eventos de cumpleaños y otras invitaciones grupales.
Si un niño esta nervioso o ansioso por lo que podía pasar al día siguiente en la escuela o en otro lugar, podría experimentar dificultades para conciliar el sueño o ansias de estar dando vueltas. “Si un niño parece estar mas cansado en el desayuno o simplemente se ve más agotado de lo normal, estos podrían ser signos de problemas para dormir por la noche”, dice Lindgren.
El agotamiento también podría aparecer de otras maneras: la incapacidad para concentrarse o mantener una higiene adecuada puede indicar cualquier cosa, desde problemas para dormir hasta intimidación y depresión.
Si un niño o adolescente tiene reacciones emocionales intensas hacia las conversaciones sobre la escuela o las actividades sociales, podrían ser una señal de que están teniendo ansiedad entorno a esos eventos. “En los niños más pequeños, esto tiende a centrarse en las discusiones sobre la escuela”, dice Clark-Love “en la secundaria se volverán más emocionales los viernes y sábados por la noche”.
De cualquier manera, notarás una sacudida emocional o una falta de voluntad para profundizar en el tema.
“Los compañeros de clase de su hijo le empezaron a hacer bullying y le dijeron que se matara. Mi hijo le contó a su hermana mayor que los niños en la escuela le dijeron que se matara. Lamento que no acudiera a mi”, declaró la madre a una televisora estadounidense.
“Si un niño no es tan locuaz como lo es normalmente, o si va directamente a su habitación al volver de la escuela, esto podía ser una actitud que tomar en cuenta”, dice Lindgren.
Actuar en contra de los hermanos también podría ser un signo de intimidación prolongada; en algunos casos, una víctima de intimidación abandonará la “postura de víctima” y se volverá reactiva con los hermanos y otros niños en su lugar.
Si el acoso de un niño se lleva a cabo en línea, es posible que se observe una de estas dos cosas: un exceso de apego a los dispositivos electrónicos o un retiro total de los mismos. Si es el primer caso, el niño podría agitarse si se intenta limitar su uso.
Con este último, es posible que el niño sea difícil de controlar (porque se han retirado de sus dispositivos) Lindgrem recomienda establecer reglas y pautas para la participación en línea cuando los niños primero configuran cuentas en redes sociales. Ella dice que pueden ser reacios a contarles a los adultos sobre el acoso cibernético por temor a que sus dispositivos sean retirados. “Querrás demostrar que no vas a quitárselos”, dice, “sino que quieres ayudar a resolver el problema”.
Ropa y pertenencias inexplicablemente rotas, arruinadas o robadas, junto con rasguños o hematomas físicos, son señales distintivas de la intimidación en el patio de recreo.
“Cuando los padres preguntan sobre estas cosas, el niño tiende a no ser capaz de explicarlas o no quiere hacerlo”. De nuevo, haz preguntas abiertas: “¿qué sucedió hoy en el recreo?”, “¿cómo te sentiste cuando esto sucedió?”.
Los estudiantes sin sistemas de apoyo corren el mayor riego de intimidación. Eso coloca a los “nuevos niños” o transferencias recientes en la parte superior de la lista. “Me molesta que las escuelas no tengan un programa de embajadores para nuevos estudiantes”, dice Love-Clark.
Si tu hijo está a punto de comenzar en una nueva escuela pueden asignarle un compañero. Incluso tener una persona a la que el niño pueda recurrir, los ayuda a asimilar con mayor facilidad la integración con sus nuevos compañeros.
Clark-Love señala que las “verdaderas víctimas”, es decir, los niños que carecen de las habilidades o asertividad para defenderse de si mismos, a menudo adquieren una postura de víctima: camina con la cabeza gacha y no esta dispuesto a comentar o decir lo que piensa. Estos niños también son susceptibles a ser intimidados año tras año.
Si tu hijo comienza a tomar una posición mansa, considera inscribirlo en una actividad en donde pueda competir con otros jugadores, como el judo o artes marciales. “Todo lo que sea competencia”, dice ella. De esta forma, el niño podrá generar confianza sin la presión de complacer a sus compañeros de equipo.
La madre de Jamel, el niño que se suicidó, considera que los niños que molestaron a su hijo deben darse cuenta de que lo que hicieron está mal y los padres deberían asumir alguna responsabilidad. También insistió en compartir su historia para tomar conciencia sobre el bullying y que otros padres no pasen lo mismo.
Tomado de rd.com 10 Silent Signs Your Child Is Being Bullied