La persona traicionera siempre busca aparentar lo que no es para cautivar. Si eres observador, inquisitivo y le planteas sagaces cuestionamientos cuando menos se lo esperan, saldrá a la luz su falsedad.
La vida no es fácil, y muchas veces en el camino nos topamos con personas (lobos) que no siempre tienen las mejores intensiones, pero que se presentan con un máscara de buena onda y todo es felicidad, hasta que un buen día sacan las garras y descubres su verdaderas intensiones.
Y es que personas falsas vas a encontrar en cualquier lugar al que vayas, a un lobo camuflándose entre el rebaño social de nuestros trabajos, círculos de amigos e incluso en el escenario familiar. Aparentan una dulce inocencia y es fácil caer en su influjo, en sus tácticas manipulativas bien calibradas y diseñadas para el sagaz engaño.
Nos encantaría, sin duda, ser como ese perro pastor capaz de detectar al lobo para proteger a las ovejas. Sin embargo, es imposible estar en una alerta constante, y pretenderlo puede producir un gran desgaste. Te puede interesar leer: ¿Amigos falsos? Cómo identificarlos
Por ello, estas sencillas claves pueden servirnos de ayuda y de alerta pero de ti dependerá si caes en su trampa, te dejas llevar o pones un límite y te respetas a ti mismo.
Por supuesto que no puedes juzgar a las personas a simple vista, pero tienes que tener cuidado y un criterio bien establecido para poder hacerlo. En muchas ocasiones son personas que se ven muy agradables y empáticas por fuera, pero entre más las conoces son más doble cara que nada. Así que, ante todo, presta atención a tu entorno y no te dejes influenciar por nadie.
Las siguientes son algunas de las principales características de las personas que son como lobos con piel de ovejas.
Esta realidad es muy común en el ámbito del trabajo. A menudo, solemos tener casi siempre a nuestro alrededor a ese compañero amable y atento que alaba de forma constante nuestro ingenio, inteligencia y creatividad.
Cuidado, porque a la mínima puede quedarse con nuestras ideas y las expone ante la empresa como suyas. ¿Te ha pasado alguna vez?
Los lobos vestidos de oveja son todo lo contrario de empáticos. No puedes decir que no reconocen tus emociones o no las toman en consideración; lo hacen, pero para su propio beneficio. A veces son tan conscientes de tus sentimientos que saben de qué cuerda tirar para provocar el comportamiento que necesitan.
Puede que esa persona que acabas de conocer te deslumbre por su amabilidad y cercanía. Sin embargo, cuando pasas tiempo con ella te das cuenta de algo: critica a casi todo el mundo. Usa un tono burlesco y despectivo a la hora de hablar de sus exparejas o conocidos. Siempre ironiza con el comportamiento de los demás, pone apodos y saca defectos a todo aquel que se le cruza por delante.
Esta actitud no solo carcome y agota psicológicamente, sino que además nos da una pista de su auténtica personalidad. Seguramente también nosotros seamos objeto de burla para esa persona.
Esa gente está obsesionada con el poder y la autoridad. Una vez que tienen el ojo puesto en algo, se obsesionan por tener la situación bajo su completo control. Ganan autoridad, sin embargo, no al mostrar su conocimiento o experiencia, sino a través de la manipulación.
Este rasgo proviene de una obsesión por el control. Los lobos con piel de oveja harían cualquier cosa para conseguir lo que quieren, incluso si implica causar daño (muy a menudo daño emocional) a sus víctimas.
La impaciencia es uno de los rasgos más distintivos del lobo con piel de oveja. Y este comportamiento comienza a mostrarse a través de microseñales, que te pueden ayudar para prevenir el próximo ataque de este singular personaje.
Por lo general, la persona traicionera siempre busca aparentar lo que no es para cautivar. Si eres observador, inquisitivo y le planteas sagaces cuestionamientos cuando menos se lo esperan, saldrá a la luz su falsedad.
Con información de La mente es maravillosa
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