¿Por qué existe un agujero en la capa de ozono?
Si durante un viaje al espacio los astronautas fueran expuestos a la capa atmosférica superior de la Tierra, observarían un notable cambio de temperatura. Conforme su nave espacial se elevara del suelo a una altura de 12 km, sentirían cómo la temperatura desciende rápidamente a 60°C. Después de eso, en los siguientes 40 km conocidos como estratosfera, la temperatura no descendería a mayor altura, sino que aumentaría considerablemente, de manera que a una altura de 40 km, la temperatura sería de 23°C.
Esta capa de aire cálido recibe el nombre de capa de ozono. Es más cálida porque absorbe calor de la radiación ultravioleta de la luz solar. El ozono se forma cuando la luz del sol actúa con el oxígeno. La molécula de oxígeno, cuyo símbolo químico es O2, está formada por dos átomos de oxígeno. La radiación ultravioleta de la luz solar separa estas moléculas en dos átomos. Algunos de estos átomos libres se unen con otras moléculas de oxígeno para formar una tercera clase de oxígeno, formada por tres átomos y cuyo símbolo químico es O3. Algunas veces se le llama trioxígeno, pero suele ser más conocido como ozono.
Como la radiación solar es más fuerte en la zona del ecuador y en los trópicos, gran parte del ozono se elabora allí. Este proceso sucede en forma continua. Cuando se produce ozono, los vientos estratosféricos lo llevan de los trópicos a las regiones polares.
A mitad de la década de 1950, los científicos comenzaron a registrar la atmósfera en la Bahía de Halley, en la Antártida. Desde 1982 se han intensificado estos estudios, y cada primavera se ha detectado menos ozono. Datos de satélites, globos y aviones confirman los hallazgos: en algunas regiones de la estratosfera, a una altura de unos 18,000 km, el ozono desaparece por completo durante la primavera de la Antártida. Esto es lo que los científicos conocen como agujero en la capa de ozono.
Cuando la oscuridad del invierno llega a la Antártida, fuertes vientos azotan el continente, sellándolo virtualmente del resto del mundo. Las temperaturas de la estratosfera caen a 90°C y se forman nubes de hielo. El cloro, que contienen algunos productos químicos de manufactura humana, queda atrapado en distintos compuestos químicos en partículas de hielo entre estas nubes. El cloro procede principalmente de los hidrocarburos fluoroclorados (CFC) usados en refrigeradores, sistemas de aire acondicionado, espuma plástica, ciertos limpiadores y aerosoles.
Cuando la primavera llega a la Antártida, la luz del sol provoca que las nubes de hielo arrojen su reserva de cloro. En una serie de reacciones, los átomos de cloro atacan el ozono, convirtiéndolo en oxígeno simple. Por último, el cloro mismo es libre de repetir el ciclo muchas miles de veces.
La pérdida de ozono es más grave sobre la Antártida, pero se extiende por doquier. Los científicos del medio ambiente analizaron durante más de 12 años los datos proporcionados por el satélite Nimbus7 y descubrieron que en ciertas épocas del año, en algunos sitios, el hemisferio norte pierde casi el 6% de su capa de ozono.
Esta pérdida se reemplaza lentamente, pero gran parte del verano nos arriesgamos a una mayor exposición nociva de la radiación ultravioleta. Al absorberla, el ozono nos protege de esta radiación, que causa cáncer de la piel y reduce los campos de cultivo.
El mundo y sus porqués