¿Por qué los carruseles tienen origen bélico?
A través de los años, diversas palabras han cambiado de significado. En ese proceso, pocas han viajado tan lejos como “carrusel”, que originalmente significaba pequeña guerra o juego de guerra. Las primeras guerras pequeñas fueron protagonizadas por jinetes árabes, musulmanes y turcos en el siglo XII. Equipos contrarios de jinetes muy hábiles libraban batallas fingidas, arrojándose bolas de barro perfumadas, para identificar por el olor quién había golpeado a quién. En otras batallas los jinetes ensartaban aros suspendidos entre pilares.
Los cruzados llevaron el juego a Europa; en Italia se le llamó carosello y en Francia carrousel. Era un acontecimiento militar y cortesano muy popular, especialmente en Francia durante el reinado de Luis XIV. Los extravagantes torneos se llevaban acabo en la Plaza del Carrousel, situada en París, entre las Tullerías y el palacio del Louvre.
En 1680, los franceses inventaron un artefacto mecánico que servía para entrenar a los jóvenes nobles en el arte de ensartar los aros con una lanza en el carrusel. Con unas cadenas sujetas aun postese sostenían unos caballos de madera. Una mula amarrada al centro hacía rotar el poste para que los caballos y los jinetes giraran. Así, los nobles practicaban a ensartar con sus lanzas los anillos colocados en postes que estaban fuera del círculo que recorrían.
A principios del siglo XIX, los empresarios añadieron carruseles a las atracciones de las ferias. Los primeros eran accionados a mano o con caballos. Luego vino la máquina de vapor, que dio nueva vida al carrusel ya otras diversiones de feria. Los carruseles se agrandaron y se les añadieron tres filas de caballos que galopaban al son de un órgano, mientras el motor lanzaba el inolvidable aroma del vapor.
En los aeropuertos, el carrusel es la banda sinfín en la que se coloca el equipaje que identifican y recogen los viajeros.
Pero para aquellos que disfrutaron días felices en una feria, esta palabra seguramente les trae recuerdos de caballitos que cabriolean, pintados con colores llamativos, niños que ríen en y la inconfundible música de la feria.
El mundo y sus porqués