¿Por qué se acaba el amor y terminamos una relación?
Existen cuatro factores que ponen en riesgo el amor en un vínculo durante una discusión y dan lugar al desamor en una relación.
Ciertas actitudes pueden indicar que entre dos personas la relación amorosa está a punto de terminarse. Pocas personas en este mundo no han sufrido el desamor o mal de amor.
Y dicen que “lo que no te mata te fortalece”, pero cómo cambiar una experiencia tan dolorosa como una separación, en algo de lo que podamos aprender y seguir creciendo.
¿Qué nos lleva a dejar de sentir eso “especial” que nos une en un vínculo? Los conflictos principales que las parejas tienen se basan en una espiral destructiva: un patrón de conducta que genera que una y otra vez se repita el mismo modelo aprendido.
Discutir es perfectamente saludable, todas las parejas discuten. Pero faltarse el respeto o criticarse mutuamente, ser sarcásticos o insultarse es la condena a muerte para la relación.
Existen cuatro factores que ponen en riesgo el amor en un vínculo durante una discusión y dan lugar al desamor:
Es muy complejo poder discutir con una persona que no puede responsabilizarse de sus conductas.
Hay que hacerse cargo de lo que toca y responsabilizarse para poder enfrentar los problemas que, inevitablemente, se van sucediendo.
Mostrarse ajeno al conflicto es otra manera de alejarnos de la solución. Evadir, estar en silencio, tener una actitud pasiva, ignorar el conflicto y no darle la importancia que merece.
Para solucionarlo y evitar esto se tiene que hablar y mantener en diálogo los temas ásperos. No es malo discutir, lo malo es desconectar de los argumentos.
Las críticas pueden construir, hacernos crecer y reorganizar lo que nos pasa. Pero las críticas destructivas son las que describen a la persona y no al conflicto.
No es lo mismo decir “por favor cuando llegues ¿puedes colgar tu saco en el clóset?, así todo está más ordenado”, que decir “Eres un desordenado, no te importa nada, me la paso ordenando la ropa que dejas por todos lados, ¡no te importa!”
Es el factor más destructivo de las relaciones, mucho más que la traición o el engaño. Son burlas, humillaciones, amenazas, desplantes de uno al otro.
La comunicación, el diálogo, los acuerdos para negociar las dificultades, el tiempo juntos, el acompañamiento en la crianza de los hijos, todo es parte del mismo entramado complejo que hace que una pareja logre sobrevivir a lo largo de los años.
No se trata de “aguantar”, ni de “tolerar”, sino de verdaderamente llegar a nuevas ideas juntos, a construir un día a día donde ambos puedan sentirse a gusto y con ganas de proyectar una vida en común.
La vida sexual no debe estar a un lado, la sexualidad y la pasión son parte de una pareja de la misma manera en que lo son el amor, el compromiso y la comunicación.
El sexo no lo es todo, pero es uno de los pilares de un vínculo, aunque si el deseo sexual disminuye y no es tratado a tiempo no mejora espontáneamente. Y este será otro factor más que sumará (o restará) a la hora de pensar en una separación.
Si esa persona te dejó es porque elige no estar en este momento de su vida a tu lado.
Eso no significa necesariamente que nunca más volverán a estar juntos, pero es importante que entiendas y aceptes que en este momento, si se aleja, es porque no quiere estar en esa relación.
Salir desesperados a buscar una nueva pareja solo va hacer que reemplaces, y no que aprendas. ¿Por qué no tomarte el tiempo de estar con uno mismo y reconstruir otra vez tu autoestima y tu propia confianza antes de conocer a alguien?
Genera una sensación de bienestar por las hormonas que se liberan.
Estar con amigos y con la familia ayuda de a poco a recuperarse.
Sentirse acompañado con la escucha es importante.
En el desamor, el final puede dar inicio a un nuevo comienzo, a una nueva versión de ti. Porque nadie entra en un vínculo y sale exactamente igual.
Todos, de un modo u otro, salimos modificados de cada relación y de cada experiencia que tenemos. Es importante estar acompañado de manera terapéutica.
Lentamente se irá superando el proceso de duelo para concentrarse en el aprendizaje que esa situación nos deja. Se puede aprender mucho del desamor, se puede construir un nuevo vínculo con uno mismo, con los amigos, con la familia… con la ex pareja incluso.
Entender las crisis como oportunidades de mejorar, de cambiar y de crecer solo depende de nosotros y de nuestra mirada sobre el mundo.
Fuente: El Clarín