¿Por qué olvidamos tan rápido lo que soñamos?
La respuesta no es del todo clara, pero se cree que hay varios factores, uno de ellos, es que el cerebro los considera irrelevantes. ¿Qué te parece? ¿Recuerdas o no tus sueños?
¿Alguna vez has tenido un sueño tan vívido que te has quedado pensando en él durante todo el día? ¿O, por el contrario, has tenido un sueño que has olvidado tan pronto como te has despertado? Si la respuesta es sí, es probable que te hayas preguntado por qué la mayoría de los sueños son tan fugaces.
La capacidad de recordar los sueños es un misterio que los científicos llevan estudiando desde hace siglos. Sin embargo, están casi seguros de que tiene algo que ver con la memoria, ayudándonos a consolidar los recuerdos del día o a olvidar detalles no deseados para evitar una sobrecarga.
Y en este último caso, recordar lo que soñamos puede no ser de mucha ayuda.
Los sueños son una parte normal del ciclo de sueño, y la mayoría de las personas sueñan entre cuatro y seis veces por noche. Sin embargo, la mayoría de los sueños se olvidan rápidamente, a menudo en cuestión de minutos o incluso segundos. Así que si te preguntas ¿por qué no sueñas?, la respuesta es que si lo haces, pero no lo recuerdas.
En este artículo, exploraremos las razones por las que olvidamos tan rápido lo que soñamos. También veremos algunas técnicas que pueden ayudarte a recordar tus sueños con más frecuencia.
Los sueños se producen durante la fase REM del sueño, que es la fase en la que nuestros músculos se paralizan y nuestra actividad cerebral es similar a la que tenemos cuando estamos despiertos, pero con la diferencia de que las áreas del cerebro que transfieren los recuerdos a la memoria de largo plazo se encuentran desactivadas, según explican expertos de Harvard.
La memoria a corto plazo está activa durante la fase REM del sueño, pero solo puede retener recuerdos durante unos 30 segundos. Por lo tanto, para recordar un sueño, es necesario que este pase a la memoria a largo plazo.
Los ciclos de sueño REM ocurren aproximadamente cada 90 minutos y se prolongan a medida que avanza la noche. Por lo tanto, la cantidad de horas que dormimos también influye en la capacidad de recordar los sueños. Si dormimos solo 6 horas, tendremos menos tiempo en la fase REM, que es donde se producen los sueños. Además, las personas tienden a recordar mejor los últimos sueños que tienen antes de despertarse.
Existen varias teorías sobre por qué olvidamos los sueños tan rápidamente. Una de las teorías más aceptadas es que el cerebro no codifica los recuerdos de los sueños de la misma manera que codifica los recuerdos de la vida real.
Los recuerdos de la vida real se codifican en la memoria a largo plazo, que es una parte del cerebro que es relativamente estable. Los recuerdos de los sueños, por otro lado, se codifican en la memoria a corto plazo, que es una parte del cerebro que es más volátil.
Otra teoría es que el cerebro suprime los recuerdos de los sueños para evitar que interfieran con la vigilia. Cuando nos despertamos, nuestro cerebro tiene que empezar a procesar toda la información que ha recibido durante el sueño. Si se centrara también en recordar los sueños, podría dificultarnos despertarnos y empezar el día.
Si durante ese par de minutos tratamos de retener ese recuerdo fugaz volviendo a reproducir el sueño en nuestra mente, podremos fijarlo y recordarlo después. De lo contrario, aunque en el mismo momento de despertarnos recordemos el sueño, lo olvidaremos.
Algunas investigaciones, como el estudio de Thomas Kilduff y Akihiro Yamanaka que señala la revista Muy Interesante, lo explican a través del período de ‘olvido activo‘. ¿Qué significa esto? El cerebro, en un intento por evitar la sobrecarga de información, está preparado para ‘borrar’ los sueños al no considerarlo una información relevante en nuestra vida.
Los sueños son difíciles de recordar porque son ilógicos y aleatorios. Los hechos que ocurren en ellos no están conectados a nuestra vida cotidiana, por lo que no tenemos muchas referencias para recordarlos.
En términos científicos, se cree que las neuronas productoras de MCH pueden ayudar al cerebro a filtrar la información y eliminar los sueños, ya que se consideran irrelevantes.
De acuerdo a Leslie Ellis, asesora clínica en la Columbia Británica y autora de A Clinician’s Guide to Dream Therapy: Implementing Simple and Effective Dreamwork (Routledge, 2019) si es posible entrenar al cerebro para que recuerde más de los sueños.
Ella aconseja a las personas que quieren recordar sus sueños que se tomen un momento al despertarse, antes incluso de mover el cuerpo, para pensar en lo que acababan de soñar y recordar todo lo posible. De este modo, el sueño pasa de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo.
Y agrega que tan pronto como uno se despierte, deberá escribir todo lo que pueda recordar de su sueño. Esto ayudará a consolidar el recuerdo dentro de la memoria.
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Un estudio de 2008 reveló que las mujeres tienden a recordar más sueños que los hombres. Asimismo, estableció que la memoria aumenta en los niños a partir de los 4 años, se estabiliza en los primeros años de la adolescencia y disminuye, gradualmente, en la edad adulta.
Sin embargo, existen muchas diferencias individuales que entran en juego. Ahora ya sabes por qué olvidamos lo que soñamos, aunque también hay personas que tiene a recordar más sus sueños que otras. La imaginación, susceptibilidad y creatividad también están relacionadas con el recuerdo de los sueños.
Y tú, ¿recuerdas o no tus sueños?
Con información de Semana