¿Presión arterial elevada? Comer tomates puede ser una solución
No requiere recetas complicadas: basta con incorporarlo a sus comidas diarias, crudo, cocido o en salsas saludables.
Cada vez más personas buscan opciones naturales para controlar su salud cardiovascular antes de recurrir a los medicamentos. Una reciente investigación publicada en el European Journal of Preventive Cardiology ha revelado que un alimento básico de la dieta mediterránea, el tomate, podría ofrecer beneficios notables en la lucha contra la hipertensión arterial.
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El tomate, considerado una verdura por muchos aunque botánicamente sea una fruta, es uno de los pilares de la dieta mediterránea. Esta dieta es reconocida por su efecto protector sobre el corazón, y el tomate en particular ha llamado la atención por su potencial para reducir la presión arterial de forma natural.
El estudio, liderado por un equipo de investigadores bioquímicos, se basó en datos de un ensayo previo realizado en España con más de 7000 adultos de entre 55 y 80 años. Todos los participantes tenían un riesgo elevado de desarrollar hipertensión arterial, y más del 80 % ya eran hipertensos al inicio del seguimiento.
Los investigadores analizaron la cantidad de tomate que los participantes consumían diariamente, clasificándolos en grupos según la ingesta: menos de 44 gramos al día hasta más de 110 gramos (aproximadamente un tomate grande).
Tras tres años de seguimiento, los resultados fueron claros: quienes consumían más tomates experimentaron mejores cifras de presión arterial. Los participantes sin hipertensión tenían un 36 % menos de riesgo de desarrollarla si comían al menos un tomate al día. Incluso medio tomate al día mostró mejoras en quienes tenían hipertensión leve (grado 1).
Por otro lado, quienes padecían hipertensión grado 2 o 3 no mostraron una mejora significativa solo con el consumo de tomate, lo que sugiere que en estos casos podría ser necesario un abordaje más completo.
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Los autores del estudio no atribuyen el beneficio únicamente al tomate, sino también al estilo de vida saludable de quienes lo consumen con frecuencia: mejor control de calorías, menos consumo de alcohol y café, y mayor ingesta de frutas y verduras. Sin embargo, destacan que el tomate en sí aporta antioxidantes, potasio y licopeno, compuestos asociados con la salud del corazón.
El equipo de investigación subrayó que incluso pequeñas reducciones en la presión arterial pueden tener efectos significativos. Por ejemplo, bajar 10 mmHg en la presión sistólica puede reducir el riesgo de:
Enfermedad cardiovascular en un 20 %
Enfermedad coronaria en un 17 %
Accidente cerebrovascular en un 27 %
Insuficiencia cardíaca en un 28 %
Mortalidad por cualquier causa en un 13 %
Los investigadores concluyen que, especialmente en personas con hipertensión leve o en riesgo de desarrollarla, añadir tomates a la dieta podría ser una medida eficaz y sencilla de prevención. En sus palabras: “En la hipertensión de grado 1 sin complicaciones, la modificación de la dieta es clave en el tratamiento inicial antes de recetar medicamentos”.
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Así que si busca una forma sabrosa y natural de cuidar su presión arterial, el tomate puede ser su mejor aliado. No requiere recetas complicadas: basta con incorporarlo a sus comidas diarias, crudo, cocido o en salsas saludables.