¿Qué diferencia existe entre un cañón y un valle?
Los cañones son valles fluviales largos, profundos, relativamente estrechos y bordeados por escarpados taludes o incluso acantilados verticales. Hay algunos cañones sin ramificaciones excavados por un solo río; otros tienen brazos que no son más que cañones laterales que se han unido a la corriente principal. Si las fosas no son tan profundas se suelen llamar gargantas. La palabra «valle», por el contrario, se refiere a una depresión de líneas más suaves trazadas por un río y bordeada por terraplenes comparativamente mucho más bajos.
El contorno característico de los cañones y de los valles suele ser consecuencia de la diferencia de clima. La mayoría de los grandes cañones del mundo se halla en regiones áridas y semiáridas. Como llueve poco en el terreno circundante, las crecidas de los ríos ahondan sus cauces con mucha más rapidez que el desgaste que en las rocas de ambos lados producen el intemperismo y la erosión. Por eso, las paredes del cañón se mantienen escarpadas. En zonas más húmedas, toda la superficie del terreno se desgasta gradualmente, de forma que el valle del río se encuentra casi siempre bordeado por elevaciones suavemente redondeadas.
¿Cómo se forman los cañones?
El primer requisito para la formación de un cañón es un río de corriente rápida, porque cuanto más velozmente fluya, mayor será la carga de rocas y otros escombros que puede llevar y cuanto más restos rueden y reboten por el fondo del río tanto más rápido será el desgaste del lecho. Los ríos que excavan cañones suelen compararse con bandas sin fin de papel abrasivo que lenta, pero incesantemente, ahondan el cauce de la corriente.
También participan en la formación de los cañones las elevaciones o inclinaciones graduales del terreno. Al encontrarse con una pendiente, un río que antes serpenteaba por una llanura se transforma en un torrente que pronto ahonda su cauce. La corriente puede abrirse paso a través de promontorios rocosos y crear arcos naturales, dejando seco su antiguo cauce por encima del arco. Las corrientes laterales que fluyen al cañón principal pueden aislar oteros que se elevan en el fondo del cañón. Hay capas de roca resistente a la erosión que sobresalen de los muros a modo de cornisas. Poco a poco, el variado panorama del cañón va adquiriendo la forma definitiva que nos es familiar.
Los porqués de la naturaleza