¿Tu espalda no deja de doler a pesar del ibuprofeno, los estiramientos o incluso una silla ergonómica nueva? El dolor de espalda persistente puede convertirse en un verdadero obstáculo para realizar tareas básicas como trabajar, dormir o simplemente caminar. Si los analgésicos de venta libre ya no hacen efecto, es momento de considerar otras alternativas.
Expertos del Hospital Houston Methodist explican qué hacer cuando el dolor de espalda crónico interfiere con la vida diaria y cómo saber si es hora de acudir a un especialista. En esta guía te presentamos las causas más comunes, qué tratamientos existen más allá de los medicamentos y cuándo podría ser necesaria una cirugía.
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Según el Dr. Sean Barber, neurocirujano especializado en columna del Hospital Houston Methodist, se considera dolor crónico de espalda cuando persiste por más de tres a seis meses. Sin embargo, no es necesario esperar tanto tiempo para buscar ayuda médica. Si el dolor impide tus actividades diarias, interrumpe tu sueño o se extiende hacia una pierna, consulta a un profesional lo antes posible.
Los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) como ibuprofeno, naproxeno o aspirina suelen ser la primera opción para aliviar el dolor. También se usa paracetamol, que aunque no tiene efecto antiinflamatorio, es más seguro para el estómago y los riñones.
Sin embargo, estos medicamentos no deben tomarse por periodos prolongados, ya que pueden causar úlceras, sangrado gástrico o daño renal y hepático. Si después de una semana no hay mejoría, o si el dolor interfiere significativamente con tu rutina, es momento de considerar otras opciones.
El dolor de espalda no siempre requiere cirugía. Existen múltiples opciones conservadoras que han demostrado ser efectivas:
La fisioterapia es uno de los pilares del tratamiento. Aunque hayas probado ejercicios en casa, un fisioterapeuta puede diseñar un plan más efectivo y personalizado. También pueden considerarse tratamientos quiroprácticos, con ciertas precauciones, especialmente en el cuello.
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Si los síntomas persisten tras seis semanas o más de tratamiento conservador, se puede considerar una cirugía. Existen dos tipos principales:
Actualmente, muchas cirugías de columna se realizan con técnicas mínimamente invasivas, lo que reduce el daño a los tejidos sanos y acelera la recuperación.
El dolor de espalda persistente no debe normalizarse. Si los tratamientos convencionales no funcionan y el dolor afecta tu calidad de vida, existen múltiples alternativas que pueden ayudarte a recuperar tu bienestar. Consulta con un profesional de la salud para identificar la causa de tu dolor y elegir el mejor plan de tratamiento para ti.