Al alzar la mirada vi un tiburón muy grande que nadaba directamente hacia mí.
En las islas Galápagos hay tres especies comunes de tiburones. Por lo general no son una gran amenaza; sólo se pasean por allí. A principios de la década de 2000, unos colegas y yo buceábamos a unos 7.5 metros de profundidad, contando peces jóvenes en el arrecife. Al alzar la mirada vi un tiburón muy grande que nadaba directamente hacia mí. Por mi mente pasaron tres cosas. La primera fue: ¡Es enorme! La segunda: Viene por mí. Y la tercera: No lo identifico. No pertenecía a ninguna de las tres especies comunes. Era descomunal; jamás había oído yo hablar de ningún escualo que se acercara a la gente.
Los tiburones tienen muchísimos órganos sensoriales alrededor de las fauces. Yo había leído que si uno les toca el hocico, dejan de hacer lo que están haciendo, así que cuando el tiburón se acercó a mí, le di un golpe en la nariz con la palma de la mano. Luego los dos nos quedamos quietos por unos instantes, pero se me hicieron eternos; entonces agitó la cola y desapareció. Todo ocurrió en menos de cinco segundos. Llamamos a la lancha para que viniera a recogernos. Nunca he nadado tan aprisa.
Más tarde revisé mis guías de peces para averiguar qué especie de tiburón había visto. Las fotos de tiburones suelen tomarse de perfil porque así es como la gente los ve; por lo común no los vemos de frente. Pero estoy 99 por ciento seguro de que lo que vi fue un tiburón sarda, o lamia, una de las especies de tiburón más agresivas del mundo. A veces embisten a los buzos. En parte es instinto territorial y en parte afán investigador: intentan saber qué cosa eres. Conozco a muchas personas que han sido embestidas por tiburones sarda, pero a nadie que haya mirado a uno de frente. Aún no estoy seguro de si aquel escualo pensó que era yo un león marino o si fue simple curiosidad. Tal vez supuso que era yo un tiburón hembra y se acercó ¡para invitarme a salir!
Ben Ruttenberg es profesor adjunto de biología marina en la Universidad Estatal Politécnica de California. Hace inmersiones de buceo para estudiar zonas de pesca y cartografiar arrecifes.
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