Una reciente investigación sobre lo que perciben los papás profesionistas al estar laborando y no estar con su familia, encontró que el 48% de los participantes manifestaron que no pasan el tiempo suficiente con sus hijos, en comparación con el 26% de las madres que trabajan.
Actualmente el mundo laboral exige estar mucho más al pendiente de las responsabilidades empresariales llegando a estar casi 24 horas los 7 días de la semana trabajando o pensando en los pendientes.
Regus, proveedor global de espacios flexibles de trabajo, investigó sobre el estilo de trabajo de diversos ejecutivos que son padres de familia y obtuvo 5 tipos principales de papás trabajadores.
Este es el papá que siempre aplica la frase “voy a llegar tarde”. Su hijo menor puede pensar que su papá es conductor del metrobús o metro, porque siempre le llama desde ahí.
Trata de no permanecer muchas horas en la oficina, invierte mínimo 45 minutos para llegar a su oficina y el mismo tiempo de regreso. Teniendo como resultado que, al llegar a su hogar, se encuentra estresado y agotado.
Le disgusta hacer fila para todo, la falta de señalizaciones en las vías de tránsito, los otros pasajeros o conductores, los constantes incrementos en el transporte público o los famosos gasolinazos. Constantemente desea tener la posibilidad de trabajar más cerca de su hogar y poder estar más tiempo con su familia.
La frase que usa casi siempre “me quedé sin señal”, debido a que por su trabajo, está siempre de aquí para allá para ver a sus clientes. Realiza mucho de su trabajo en la calle, donde tiene que luchar con que no se oiga el ruido al tener una llamada con un cliente.
Debido al tránsito, es usual que llegue a casa cuando sus hijos ya están dormidos y salga de su casa antes de que despierten. Le disgustan las manifestaciones o bloqueos viales y los incrementos.
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Mejor conocido por que se la vive en las nubes, ya que trabaja en diferentes ciudades y siempre está en aviones. Los hijos lo ven vía Skype con más frecuencia que en vivo. Sus hijos preferirían que estuviera presente en sus cumpleaños y festivales escolares.
Le disgustan los atrasos en los vuelos, los engorrosos controles de acceso al avión, y lo que desea siempre es poder pernoctar el menor tiempo en los hoteles.
Mejor conocido como Freelance, trabaja en casa desde el cuarto que nadie ocupa. Al inicio cuando comienza a trabajar en su hogar, su familia está encantada; ya piensan que esto le permitirá tener un balance entre su trabajo y su vida familiar, pero no se prevén todas las desventajas que conlleva hacer home office.
Puede estar disponible para cuidar a sus hijos, pero siempre tiene que estar al pendiente de su computadora y teléfono.
Le disgusta que se vaya la luz y el internet, que su bebé llore durante una llamada de trabajo o el perro ladre. Por tal motivo, desea poder seguir con la independencia laboral, pero hacerlo desde un entorno profesional, y claro que esté cercano a su casa.
Se le suele denominar como ‘perfecto’, debido a que trabaja con flexibilidad. Habitualmente, conoce a los maestros de sus hijos, participa constantemente en sus actividades escolares, los lleva a la escuela y se las arregla para no tener que estar pegado al celular mientras está con ellos.
Puede administrar su tiempo gracias a que cuenta con un esquema de trabajo flexible, el cual le beneficia no solo a él, sino a su familia y empleador.
Le disgusta que el trabajo flexible solo se aplique a las mamás trabajadoras y que en las actividades escolares no encuentra a más papás.
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Actualmente, mantener un equilibrio entre la vida profesional y familiar es un dilema para millones de padres.
¿Y tú, qué tipo de padre eres y qué tipo de padre quisieras ser para tus hijos?
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