A veces, hay razones emocionales por las que tu vida sexual se ha frenado. Quizá no te sientes una persona lo suficientemente atractiva, o te preocupas porque tus relaciones no son satisfactorias. Deja de angustiarte y juntos, tú y tu pareja busquen la manera de volver a experimentar una vida sexual plena y gozosa.
Si tienes dudas, es un tema que vale la pena hablar con tu médico de cabecera. Los estudios muestran que la impotencia y la disminución del deseo sexual están relacionados frecuentemente con condiciones médicas que pueden, en la mayoría de los casos, prevenirse o controlarse.
Estas situaciones a menudo son causadas por diversas afecciones, como la presión arterial alta, las enfermedades del corazón, la diabetes y la depresión.
Expertos de la Clínica Mayo aseguran que, para los hombres, la depresión y el estrés contribuyen a menudo a la pérdida del deseo sexual. Si el problema está relacionado con la depresión, la terapia —por sí sola o aunada al medicamento indicado— suele ayudar. Además, ciertos fármacos de uso común tienden a interferir con la función sexual tanto en hombres como en mujeres. Estos incluyen algunos medicamentos para la presión arterial y la diabetes, reductores del colesterol (estatinas), antiácidos, inhibidores del apetito, antidepresivos e incluso fármacos para combatir alergias (si crees que este es tu caso, habla con tu doctor antes de suspender el fármaco).
A medida que el tiempo pasa, hay algunos cambios físicos que modifican la manera en la que respondemos sexualmente. Por eso, desde que somos jóvenes, hay que tomar medidas preventivas llevando una vida sana, ejercitándonos y alimentándonos bien. Si tienes 50 años (o más), las relaciones íntimas no tienen que ser un problema. Quizá los encuentros sexuales sean más espaciados, pero no desaparecen. Además, en la actualidad, medicamentos como el sildenafilo y el tadalafilo pueden ayudar, pues permiten que los músculos de las arterias del pene se relajen y se dilaten, por lo que la sangre fluye para producir una erección.
Muchas mujeres presentan resequedad vaginal después de la menopausia, pero el uso de lubricantes puede ser una solución. De acuerdo con un informe de la Clínica Mayo, muchas personas mayores siguen disfrutando de su sexualidad hasta los 80 años o más. Incluso si tú o tu pareja tienen problemas de salud o padecen una enfermedad crónica, como cardiopatía o artritis, el informe señala que ambos pueden experimentar para adaptarse a sus circunstancias. (Te puede interesar: Así revivió su vida sexual esta mujer después de la menopausia)
Prueben diferentes posiciones sexuales o utilicen calor para aliviar el dolor en las articulaciones antes o después de la actividad sexual. Mantengan una actitud positiva y enfóquense en las formas de ser sexuales e íntimas que funcionen tanto para ti como para tu pareja.
A continuación te presentamos algunos consejos que te ayudarán a mantener vivo el romance.
Cada vez que pases junto a tu ser querido, acércate y tócale o bésale. El simple hecho de incrementar el contacto físico que tienen les ayudará a estimular el deseo.
No te calles lo que piensas. Dile a tu pareja qué es lo que te satisface más. Comparte tus deseos y tus temores. Eso les acercará.
Pasa tiempo tocando cada parte del cuerpo de tu pareja, excepto el área genital. Esto eliminará cualquier presión que puedas sentir. Enfócate en la cercanía y el amor que tienes por ella. A veces, abrazarse mutuamente es suficiente, otras veces puede llevar a más.
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Dile a tu pareja por qué la amas. El amor, el afecto y el respeto mutuo son la base de una vida sexual plena.
Agenden un momento cada semana para hacer el amor. Puede ser emocionante esperar a que llegue la anhelada noche (o mañana, o tarde) de sexo.
Cada vez hay más juguetes sexuales que pueden avivar el placer. Prueben también un cojín especial para lograr posiciones sexuales novedosas.