Lo jugamos desde niños, lo usamos para decidir quién lava los platos y hasta se ha convertido en un deporte competitivo. Pero aunque piedra, papel o tijera parece un juego simple, la neurociencia acaba de demostrar algo fascinante: somos terriblemente malos siendo impredecibles, y eso afecta nuestras posibilidades de ganar.
Un nuevo estudio publicado en Social Cognitive and Affective Neuroscience revela cuál es la verdadera estrategia ganadora… y por qué nuestro cerebro conspira para arruinarla.
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¿Por qué perdemos en piedra, papel o tijera? Porque no somos aleatorios
Para entenderlo, investigadores de la Universidad de Western Sydney llevaron el juego al laboratorio.
Lo que hicieron fue monumental:
- 62 participantes
- 15.000 rondas de juego
- Monitoreo cerebral en tiempo real mediante electroencefalografía (EEG)
El hallazgo principal fue contundente:
Las personas que intentan predecir la jugada del rival basándose en rondas anteriores pierden más.
¿Por qué?
Porque al “engancharse” con lo que ocurrió antes, el cerebro tiende a repetir patrones y deja de ser impredecible. Y en un juego donde la aleatoriedad perfecta es la clave, eso es fatal.
Los investigadores incluso pudieron predecir qué gesto haría un jugador antes de que lo ejecutara, solo analizando su actividad cerebral.
Es decir, nuestros movimientos no son tan libres como creemos.
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Los sesgos que nos delatan (y que el rival puede usar en nuestra contra)
Los científicos no solo encontraron que pensamos demasiado: también hallaron patrones de comportamiento universalmente predecibles.
Entre ellos:
1. Elegimos “piedra” más que cualquier otro gesto
La mayoría de los participantes mostró inclinación por usar piedra.
Después viene papel y, al final, tijeras.
Aunque algunos divulgadores atribuyen esto a que “piedra se siente más fuerte”, lo cierto es que el estudio no demuestra esa teoría… pero sí confirma la tendencia.
2. Nos cuesta repetir la misma opción dos veces seguidas
Los humanos sentimos que repetir no es “aleatorio”, así que cambiamos de elección más de lo que deberíamos.
Estos dos hábitos nos vuelven altamente previsibles… y por lo tanto, vulnerables.
Estrategias para ganar (según la ciencia, no la intuición)
La buena noticia: si nosotros somos previsibles, nuestros oponentes también lo son.
Y eso abre la puerta a estrategias reales.
Después de ganar, las personas suelen repetir
Un estudio de la Universidad de Zhejiang analizó 300 rondas entre 360 estudiantes.
Resultado:
Los ganadores repiten, los perdedores cambian.
Úsalo a tu favor.
Si alguien repite dos veces piedra, es casi seguro que cambiará
El experto William Poundstone explica que la gente cree que repetir tres veces “no es aleatorio”.
Si tu oponente hizo piedra dos veces:
👉 La mejor jugada es tijeras, según lo que explica IFL Science.
“Anunciar y cumplir” puede confundir al rival
Decir “voy a jugar papel” y hacerlo realmente genera desconfianza.
Muchos creen que es un engaño y reaccionan mal… y pierden.
Influye en su subconsciente
Graham Walker, del Campeonato Mundial de Piedra, Papel o Tijera, asegura que mostrar discretamente el gesto que quieres inducir mientras explicas las reglas puede manipular la elección del rival.
Una técnica similar a la que usan los magos.
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Un juego milenario… y una lección moderna
Aunque hoy lo vemos como un pasatiempo, piedra, papel o tijera tiene raíces profundas.
Textos del siglo XVII ya mencionan su versión china, shoushilling, que usaba animales en vez de gestos. Posteriormente llegó a Europa y después al resto del mundo.
La verdadera enseñanza del estudio no es solo ganar un juego casual, sino entender cómo funciona nuestra mente.
La lección neurocientífica:
👉 Quien deja de analizar en exceso el pasado, tiene más probabilidades de acertar en el futuro.
Aplicable al juego…
y quizás también a la vida.