¿Alguna vez has sentido una frustración latente hacia tu pareja pero no sabes por qué? Ese fuerte sentimiento negativo podría ser resentimiento.
El resentimiento es un veneno tácito que puede arraigarse en cualquier relación, ya sea que hayan estado juntos durante años o que recién estén comenzando. La buena noticia es que el resentimiento se puede erradicar detectando las señales y afrontando la situación de frente.
Caroline Becker, consejera profesional autorizada de Banner Health, ayuda a explicar las causas y los signos del resentimiento y comparte formas en las que puede allanar el camino para una relación más feliz y saludable.
El resentimiento a menudo ocurre cuando te sientes molesto porque no se satisfacen tus necesidades o deseos en una relación. Puede deberse a decepciones repetidas, necesidades insatisfechas o conflictos no resueltos.
“Cuando nuestras necesidades y deseos no se satisfacen en una relación, tendemos a sentirnos desconectados, irrespetados o sin importancia”, dijo Caroline Becker. “Esta falta de comunicación sienta las bases para que el resentimiento eche raíces y se construya como ladrillos en una pared con el tiempo”.
Causas del resentimiento
Las causas del resentimiento varían en cada relación, pero algunos factores comunes incluyen:
- Mala comunicación: Falta de comunicación abierta y receptiva entre los miembros de la pareja.
- Necesidades desatendidas: Ignorar o descartar las necesidades físicas o emocionales de la otra persona.
- Heridas del pasado: Rencores persistentes por discusiones o traiciones pasadas.
- Límites no saludables: Límites establecidos de forma inadecuada o irrespetuosos.
- Problemas financieros: Desacuerdos en asuntos relacionados con el dinero, como gastos o deudas.
- Falta de aprecio: Sentirse infravalorado o no apreciado.
- Desequilibrio en la contribución: Percepción de que uno de los miembros de la pareja aporta más que el otro a la relación.
- Expectativas insatisfechas: Cuando las expectativas de una persona no son satisfechas por la otra.
- Luchas de poder: Batallas constantes por el control o el dominio en la relación.
- Distancia emocional: Alejamiento emocional o desconexión entre los miembros de la pareja, debido al estrés, a las obligaciones o a conflictos previos.
Señales de resentimiento en tu relación
Si no se aborda, el resentimiento puede empeorar seriamente los problemas en la pareja. “Las discusiones pueden intensificarse y llevarnos a decir o hacer cosas que normalmente no haríamos, como insultar o gritar”, advierte Becker. “Esto puede hacer que uno o ambos miembros de la pareja se sientan más solos y se distancien. Con el tiempo, el resentimiento puede llegar a separar a las personas”.
Si tú o tu pareja experimentan resentimiento, es importante identificar las señales antes de que afecte negativamente el futuro de la relación. Becker comparte seis señales que indican que el resentimiento se ha instalado en tu relación:
- Silencio: Dejas de hablar sobre los problemas o de expresar tus deseos y necesidades a tu pareja.
- Comportamiento pasivo-agresivo: Realizas indirectas sutiles, pones los ojos en blanco o haces comentarios sarcásticos o hirientes.
- Amenazas: Amenazas con dejar a tu pareja, dejar de apoyarla o dejar de comunicarte con ella como forma de expresar tu resentimiento.
- Falta de participación: Te alejas de actividades compartidas o del contacto físico, como abrazos o intimidad. También puedes menospreciar las opiniones o la voz de tu pareja en la relación.
- Crítica o búsqueda de fallas: Constantemente encuentras fallas o criticas incluso en los aspectos más pequeños de lo que hace tu pareja, como su forma de vestir o con quién sale. Incluso podrías sentir resentimiento por cosas tan simples como la forma en que come o respira.
- Falta de empatía: Te cuesta comprender y compadecer los sentimientos y necesidades de tu pareja. No puedes ver las cosas desde su perspectiva.
Estrategias para afrontar el resentimiento
Si el resentimiento está presente en tu relación, existen estrategias que pueden ayudarte a superarlo:
- Decidir cambiar la dinámica: Reconoce que lo que has estado haciendo no funciona y estate dispuesto a explorar nuevas opciones.
- Informarte: Aprende más sobre los conflictos, el resentimiento, la recuperación y la adicción, la salud mental y la comunicación. Esto te ayudará a comprender mejor la dinámica de tu relación. Puedes leer libros, escuchar podcasts, ver videos o unirte a grupos de apoyo.
- Comunicación abierta: Comparte tus inquietudes con tu pareja de manera tranquila y constructiva. Utiliza frases en primera persona para expresar tus sentimientos.
- Escucha activa: Escucha atentamente a tu pareja sin interrumpir ni ponerte a la defensiva.
- Empatía: Ponte en el lugar de tu pareja e intenta ver las cosas desde su perspectiva. La empatía puede generar compasión y comprensión.
- Manejo de conflictos: Abordar los conflictos puede ser un desafío, especialmente si alguno de los dos evita enfrentarlos. Considerar la terapia de pareja puede ayudar a procesar sus sentimientos y necesidades, y desarrollar habilidades para resolver conflictos de manera efectiva.
Saber cuándo buscar ayuda
Toda relación pasa por una mala racha de vez en cuando. La terapia individual y de pareja puede ayudar a prevenir una mayor ruptura en tu relación y promover la curación y el crecimiento. Considera consultar a un especialista en salud conductual autorizado cuando:
- Nada parece funcionar: si ha probado muchas estrategias para resolver problemas en tu relación pero no ha visto ninguna mejora.
- Te sientes consumido por emociones negativas: te sientes constantemente enojado, ansioso o deprimido por tu relación.
- Las actividades cotidianas se ven afectadas: si disminuye tu participación en el trabajo, el tiempo familiar, los pasatiempos o las actividades sociales, o si se aleja de los demás.