Soledad y aislamiento social: enemigos silenciosos de la salud
El aislamiento social y la soledad impactan negativamente en la salud física y mental, aumentando el riesgo de enfermedades graves como diabetes, enfermedades cardíacas, Alzheimer y depresión.
La soledad y el aislamiento social no solo afectan el bienestar emocional, sino que también impactan negativamente en la salud física. Estudios revelan un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2, demencia, depresión e incluso muerte prematura en personas con baja conexión social.
La OMS y expertos advierten sobre la necesidad de combatir este problema a través de la conexión social y el apoyo comunitario.
El impacto del aislamiento y la soledad
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, plantea que las “altas tasas de aislamiento social y soledad en todo el mundo tienen graves consecuencias para la salud y el bienestar. Las personas que no tienen suficientes relaciones sociales estables corren un mayor riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares, ansiedad, demencia, depresión, suicidio, etcétera”.
Para conceptualizar esta situación, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos definen la soledad como “sentirse solo independientemente del número de contactos sociales”, mientras que aislamiento social significa “falta de conexiones sociales”. La Organización Mundial de la Salud (OMS) también informó de que “una de cada cuatro personas mayores experimenta aislamiento social, con tasas similares en todas las regiones”.
“Si bien la soledad ha acompañado a la humanidad en mayor o menor medida a lo largo de la historia, se ha convertido en un fenómeno social que impacta cada vez más negativamente a los individuos”, señaló Benno de Keijzer, licenciado en Medicina por la Universidad Nacional Autónoma de México y profesor en Salud Pública, Estudios de Género y Salud, y Maestría en Arte y Comunidad en la Universidad Veracruzana de México, en una publicación de reciente aparición de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En este sentido, advirtió que “no sólo nos sentimos solos, sino que corremos un mayor riesgo de sufrir un derrame cerebral, un infarto, depresión o demencia, o incluso de suicidarnos”. La OMS afirma que el riesgo de mortalidad en personas que se sienten solas aumenta un 32%”.
Muerte prematura
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hecho sonar una alarma: la falta de conexión social puede ser tan peligrosa como fumar, beber en exceso, la inactividad física, la obesidad o la contaminación del aire, ¡incluso llegando a aumentar el riesgo de muerte prematura!
La Asociación Estadounidense de Personas Jubiladas (AARP) va más allá, comparando la desconexión social con fumar 15 cigarrillos al día en cuanto a su impacto en la esperanza de vida. Sus investigaciones indican que las personas con fuertes lazos sociales viven más tiempo y tienen menos probabilidades de morir por cualquier causa. De hecho, un análisis de 148 estudios reveló que estas conexiones sociales aumentan las posibilidades de supervivencia en un 50%.
Impacto en la salud física
Enfermedades cardiovasculares: El aislamiento social y la soledad se asocian con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Diabetes tipo 2: Las personas solitarias tienen más probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 y sufrir complicaciones asociadas.
Enfermedad de Parkinson: La soledad se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson.
Sistema inmune: La soledad y el aislamiento social debilitan el sistema inmune, aumentando la susceptibilidad a enfermedades.
Impacto en la salud mental
Depresión: La soledad es un factor de riesgo importante para la depresión.
Ansiedad: El aislamiento social puede aumentar los niveles de ansiedad.
Demencia: La soledad se ha asociado con un mayor riesgo de demencia y Alzheimer.
La OMS ha reconocido la gravedad del problema de la soledad y ha establecido una comisión de expertos para promover la Conexión Social a nivel mundial y abordar este problema de manera efectiva. Según encuestas realizadas en más de 140 países, casi una de cada cuatro personas en todo el mundo se siente sola.
Para combatir la soledad, es fundamental fomentar las relaciones sociales y comunitarias. La participación en actividades grupales y el apoyo de la familia y los amigos son fundamentales para mantener la salud mental y física. Los médicos también deben abordar la soledad y el aislamiento social como parte integral de la atención médica, realizando tamizajes y ofreciendo apoyo adecuado a los pacientes que lo necesiten.