Solo 1 de cada 7 niños mexicanos es alimentado con leche materna
Para ayudarte a que conozcas más sobre la lactancia materna, te dejamos información proporcionada por el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia.
Estamos en la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que este año tiene el lema de ‘Pilar de la vida’ y hace un llamado a los gobiernos para que protejan, promuevan y apoyen el derecho a la lactancia materna.
En América, el 54 por ciento de los niños inicia la lactancia materna dentro de la primera hora de vida, solo 38 por ciento son alimentados con leche materna de manera exclusiva hasta los 6 meses de edad, y 32% continua con lactancia materna por 2 años.
“Los prejuicios y mitos son los principales obstáculos para la lactancia materna e influyen en que sólo uno de cada siete niños en México sea alimentado exclusivamente con leche materna los primeros seis meses de vida” dice Isabel Crowley, miembro de UNICEF.
Para ayudarte a que conozcas más sobre esta práctica, te dejamos información proporcionada por el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia:
Realidad: Todas las madres tienen la capacidad de producir leche, solo se necesita la estimulación la cual es producida cuando el bebé succiona el pecho.
Otro de los problemas descrito por las madres es la creencia de que no tienen leche suficiente para alimentar a sus hijos. En la mayoría de los casos el lactante está obteniendo la leche necesaria y el problema radica solo en la percepción de la madre.
Realidad: La leche materna tiene más de 80 por ciento de agua, especialmente la primera leche que el bebé consume en cada mamada. Por tanto, si la madre siente que su bebé está sediento, ella debe amamantarlo para así calmar la sed.
Los bebés no necesitan agua adicional, ni siquiera en climas calientes.
Realidad: Darle agua a los bebés pequeños los pone en riesgo de diarrea y llegar a presentar desnutrición. El agua, biberones y chupones pueden estar contaminados y causar infecciones en el bebé.
Adicionalmente, dar agua puede causar que el bebé consuma menos leche materna o suspenda la lactancia temprano y en consecuencia se desnutra. Finalmente, si las madres dan agua en lugar de la leche materna, ellas podrían disminuir su producción láctea.
Realidad: La composición de la leche humana se va adecuando a las necesidades del bebé las cuales lo satisfacen nutricionalmente. Existen 3 etapas de la leche: calostro, leche de transición y leche madura.
Calostro: líquido amarillento que se produce durante los primeros días después del parto, a pesar de que su producción es poca el calostro proporciona la energía suficiente para nutrirlo y una importante protección inmunológica para el lactante.
Leche de transición: es la leche que se produce después del calostro. Se produce desde los 2 a 5 días después del nacimiento y su producción llega hasta los 10-12 días. Esta es una leche cremosa y su producción es mayor que la del calostro por lo que generalmente las madres tienden a sentir los pechos inflamados o muy llenos.
Leche madura: esta se produce generalmente al final de la segunda semana después del nacimiento. Al igual que la leche de transición su producción es basta pero es más rala o diluida incluso puede ser azulada, sin embargo, solo tiene esa textura al inicio de la toma ya que conforme va tomando leche el bebé, ésta se vuelve más cremosa teniendo mayor contenido de grasa al final de la tetada.
Se sabe que a los 6 meses de edad el consumo exclusivo de leche materna ya no cubre el aporte energético total para el bebé, sin embargo, sigue aportando hasta la mitad o más de los requerimientos de energía de un bebé de 6 a 12 meses y hasta un tercio de los 12 a 24 meses de edad. Además, asegura que los nutrientes que aporta la leche materna son de buena calidad.
Realidad: Dar pecho después del año no malcría al niño, al contrario, fortalece el vínculo que hay entre madre-hijo dándole seguridad al pequeño y mayor autoestima a la madre.
Realidad: El uso del biberón puede tener grandes riesgos de contraer infecciones por una mala higiene en: la persona que los prepara, el biberón y chupón o en el alimento a ofrecer, además puede causar problemas dentales y en el lenguaje.