Un maquillaje perfecto
El maquillaje bien aplicado destaca nuestros rasgos. Tu rutina puede ser tan compleja o tan simple como desees, pero no puede faltar aplicar base sobre tu piel para unificarla, máscara para destacar tus pestañas...
La base de maquillaje sirve para que tu piel luzca un tono parejo. Por eso, es fácil abusar de ella: el reto es aplicar lo suficiente para que deje un acabado natural sin que parezca una máscara.
Este producto se ofrece en varias fórmulas o presentaciones. Elegir la más adecuada para ti depende de tu tipo de piel.
Líquida: Da una cobertura perfecta para pieles secas, pero ligera para pieles mixtas o grasas.
En polvo: Es exclusiva para piel grasa. No la confundas con los polvos compactos, que se aplican al final del maquillaje para fijarlo.
En mousse: Es para pieles secas y mixtas. Ayuda a disimular imperfecciones, sobre todo barritos y zonas enrojecidas.
Al elegir una base, el tono perfecto es aquel que no alcanza a verse después de aplicado. El tono incorrecto, en contraste, cambiará el color de la piel de tu cara, como si estuvieras usando una máscara.
Para elegir el tono correcto, empieza buscando una base con un tono ligeramente amarillento. En México casi todos tenemos un tono amarillento en la piel; las únicas personas que necesitan una base con tono rosado son quienes tienen una piel tan blanca que se queman con apenas exponerse al sol.
Al comprar, aplica varios tonos de base en un costado de tu cara o en tu frente, en líneas paralelas. Traza una línea con el color que creas que te queda mejor y, junto a ella, una línea con un tono más claro y otra con un tono más oscuro.
El mejor tono para ti “desaparecerá” sobre tu piel. De ser posible, pruébalas bajo luz natural. No las apliques en otra área de tu cuerpo (como el dorso de tu mano o tu muñeca) porque su piel no tienen el mismo tono de la de tu rostro.
Empieza aplicando una pequeña cantidad de base alrededor de la nariz y difumínala en dirección a tu cabello. Puedes cubrir todo tu rostro o aplicarla solamente donde la necesites.
Dependiendo de la textura que requieras, usa una esponja o una brocha para aplicar la base; en ocasiones, tu mejor opción serán las puntas de tus dedos.