Salud

¿De verdad el desayuno es imprescindible?

¿Por qué es importante el desayuno? Tras horas de ayuno por el sueño nocturno, el cuerpo requiere de combustible para arrancar, pues de lo contrario se autocanibaliza, lo que significa que toma los nutrientes del mismo organismo, pero con un alto costo metabólico. Este proceso, entre otras desventajas, ocasiona que pierdas tono muscular, tengas dolor de cabeza y te sientas cansado.

Además, el cerebro –en lugar de ocuparse de sus funciones cognitivas– activa un sistema de emergencia para hallar combustible, lo que te pone en riesgo de padecer enfermedades como la obesidad, hipercolesterolemia, diabetes y hasta convulsiones, pues como el cerebro no sabe cuándo llegará la comida, activa las medidas restrictivas más severas para ahorrar energía.

“Cuando dormimos el cuerpo está gastando energía porque está realizando funciones vitales, así que es importante romper ese ayuno para recuperar fuerzas” explica a Selecciones María Fernanda Zuccolotto, nutrióloga y vocal interno del Instituto Danone México.

Y si piensas que saltarte el desayuno te ayudará a perder peso te tenemos malas noticias. Está demostrado que el metabolismo se ralentiza para volverse eficiente y enciende el modo ahorrador, lo que significa que no permitirá que la grasa salga de tu cuerpo porque es una reserva invaluable ante la restricción calórica.

“Además, es más fácil que comas lo primero que se te pone en frente porque ya estás hambriento, así que la ingesta calórica suele ser excesiva” puntualiza la especialista. Cuando desayunas hay más estructura a lo largo del día y es más fácil que programes mejor el resto de las comidas.

¿Qué y cuánto comer durante el desayuno?

Aquí te va un ejemplo: una mujer con un peso ideal y que realice actividad física necesita una dieta de unas 1600 calorías al día; de esas calorías, entre el 20 y el 25 por ciento deben ser consumidas en el desayuno, lo que significa que tienes alrededor de 350 calorías para prepararte un plato sabroso y nutritivo.

Lo ideal es que el desayuno contenga todos los tipos de alimentos: frutas y verduras, proteínas y cereales. Una opción fácil, rápida y nutritiva es la siguiente: un omelet de claras con espinacas, un plato de fruta con yogurt y una tortilla.

¿No tienes hambre por la mañana? Para no forzarte, pero tampoco dañar tu organismo, toma un yogurt y algunas semillas o frutos secos, pero a media mañana come algo más sustancioso como un emparedado de jamón con queso y fruta.

¿Y qué hay con la hidratación?

Beber agua es un gran hábito per se, pero beberla a las horas adecuadas potencia sus beneficios. Hidratarse apenas nos despertamos es ideal porque hidrata y nutre las células y limpia el cuerpo de impurezas.

El agua a esas horas del día también reduce los niveles de acidez del estómago y, sobre todo, hidrata el cerebro que, por si lo habías olvidado, está compuesto por agua en un 75 por ciento.

La nutrióloga María Fernanda Zuccolotto recomienda iniciar el día con una buena hidratación y beber dos litros de agua diario. “Olvídate de los détox, esa tarea la realizan los riñones, así que sólo toma suficiente agua para que puedan cumplir con su función”.

Probióticos, una excelente ayuda

Es posible que hayas escuchado hablar de los probióticos pero no sepas qué son o cómo debes consumirlos.

Los probióticos son bacterias vivas que al ingerirse por vía oral benefician al ser humano pues colonizan el intestino y ayudan al cuerpo a defenderse de microorganismos dañinos.

Para consumirlos lo único que debes tomar en cuenta es que exista evidencia científica que avale su función, pues existen probióticos para diversas situaciones. “Por ejemplo, los probióticos ActiRegularis están diseñados para ayudar a la salud digestiva. Su uso continuo ayuda en la reducción de gases, inflamación y malestar”, puntualiza la nutrióloga.

Otro punto que debes considerar es el nombre de la cepa y qué cantidad de microorganismos contiene el producto. Lo ideal es que tengan entre 1 y 2 mil millones. Si el producto no tiene garantía de recuento no lo adquieras.

¿Cuánto tiempo debes tomar probióticos?

El tiempo que quieras sentirte bien. “Y tampoco es sensato que esperes a que te sientas mal para empezar a tomarlos” dice la especialista.

Es importante que le pongas atención a tu salud digestiva, pues es frecuente que haya malestares y se pasen por alto. “Infinidad de personas viven con inflamación, gases y malestares, y no debemos perder de vista que el intestino realiza una función tan vital como la del cerebro, así que procurar que esté bien es lo recomendable”.

María Fernanda Zuccolotto recomienda la ingesta de los probióticos durante el desayuno y por medio de un yogurt, una alternativa práctica, rápida y económica. “Además, todo el mundo puede consumirlos y no hay un límite de tiempo”.

Staff

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