¿Lo Sabías?
14 cosas que la ciencia puede enseñarte sobre el perdón
Conoce cómo el perdón puede hacerte sentir más saludable, quién lo puede necesitar más y qué ofensas son más difíciles de superar.
Conoce cómo el perdón puede hacerte sentir más saludable, quién lo puede necesitar más y qué ofensas son más difíciles de superar.
Pero algunos investigadores sugieren que estamos viendo más figuras públicas que buscan el perdón porque nos estamos volviendo más conscientes de la importancia de lograr la reconciliación.
Los primates, como los bonobos, los gorilas de montaña y los chimpancés, suelen seguir los enfrentamientos con un comportamiento amistoso, como abrazarse o besarse.
Se ha observado un comportamiento similar en animales no primates como cabras y hienas; la única especie que hasta ahora no ha mostrado signos externos de reconciliación es el gato doméstico.
“Nunca he encontrado una injusticia particular en el mundo que no sepa de al menos una persona que haya perdonado a quienes la perpetraron”, dice Robert Enright, un psicólogo pionero en el estudio del perdón.
Según un estudio de 2010, el tipo más común de ofensa no perdonada es la traición, incluidas las aventuras amorosas, el engaño, las promesas incumplidas y los secretos divulgados.
El perdón decisional es una decisión sincera de cambiar la forma en que pretendes comportarte con alguien que te ha hecho daño, aunque todavía puedas sentirte negativo hacia esa persona.
El perdón emocional es un cambio en la forma en que te sientes hacia esta persona: el resentimiento da paso a emociones positivas como la empatía, la simpatía, la compasión e incluso el amor. ¿Te cuesta pedir perdón? 6 pasos clave para ofrecer una disculpa.
A diferencia de los niños de diez y 11 años, los niños de siete y ocho años en un estudio no necesitaban una disculpa para perdonar; tendían a juzgar a los infractores que se habían disculpado y a los que no lo habían hecho por igual.
Investigadores de la Universidad Erasmus en los Países Bajos pidieron a las personas que escribieran sobre un momento en el que dieron o negaron el perdón. Luego se pidió a los conejillos de indias humanos que saltaran lo más alto que pudieran, cinco veces, sin doblar las rodillas.
Los perdonadores saltaron más alto, alrededor de 11.8 pulgadas en promedio, mientras que los que guardaban rencor saltaron 8.5 pulgadas, una gran diferencia y una ilustración sorprendente de cómo el perdón puede realmente aliviarte.
Los tipos extrovertidos son más proactivos en la búsqueda del perdón que los introvertidos (y también, en particular, más rápidos para perdonar a los demás).
Aquí hay más fortalezas ocultas de una personalidad extrovertida: los introvertidos tienden a estar inicialmente más preocupados por perdonarse a sí mismos que por hacer las paces con una persona a la que han ofendido.
Cuando a las personas se les recuerdan los rencores, su frecuencia cardíaca y su presión arterial pueden aumentar. El perdón, por otro lado, se ha relacionado con una mejor salud del corazón. Además, dormirás mejor cuando dejes que el pasado sea solo eso.
Pero ten en cuenta que no puedes fingir: los investigadores creen que los beneficios para la salud asociados directamente con el perdón se aplican solo al perdón emocional, no decisional.
Las parejas que se describieron a sí mismas como más indulgentes también informaron haber experimentado más agresiones psicológicas y físicas durante los primeros cuatro años de matrimonio.
En algunos casos, se cree, el perdón puede evitar que las personas infractoras cambien su mal comportamiento.
El economista conductual Dan Ariely descubrió que pedir perdón repetidamente eventualmente lo sacará de los demás, incluso si no lo dices en serio e incluso si la persona a la que has ofendido sabe que no lo dices en serio.
Esto quizás no sea sorprendente; la mayoría de las religiones enseñan el perdón, dice Everett Worthington, psicólogo de la Virginia Commonwealth University.
Pero, curiosamente, un estudio de 2013 del que es coautor descubrió que las personas que se consideran espirituales son más propensas a perdonarse a sí mismas que las personas que se llaman a sí mismas religiosas.
Hace una década, después de que un tiroteo en una escuela amish cobrara la vida de cinco jóvenes, los forasteros se sorprendieron cuando la comunidad respondió con perdón inmediato. Pero el sociólogo Donald B. Kraybill descubrió que desde una edad temprana, los Amish practican ejercicios de perdón.
Se habían estado preparando para perdonar esta gran injusticia durante toda su vida.
Tomado de rd.com 14 Things Science Can Teach You About Forgiveness
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