3 tecnologías que revolucionan el tratamiento del cáncer
Vale la pena destacar el papel de los dispositivos médicos innovadores en la prevención, diagnóstico, tratamiento y de los pacientes con cáncer.
El cáncer es una enfermedad que si se diagnostica y trata a tiempo es curable. Por ello vale la pena destacar el papel de los dispositivos médicos innovadores en la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de los pacientes.
Este sector ha impulsado el uso de tecnología innovadora para mejorar la calidad de vida de quienes padecen cáncer, a través de diagnósticos menos invasivos, pruebas de detección más certeras e instrumentos que contribuyan a incrementar la calidad de vida de los pacientes y disminuir las secuelas.
La Asociación Mexicana de Industrias Innovadoras de Dispositivos Médicos (AMID) ha enfocado sus recursos para la innovación de dispositivos diagnósticos, mastógrafos, estereotaxia, ultrasonido, resonancias magnéticas, tomógrafos y agujas para biopsia, lo que contribuye a un diagnóstico preciso y temprano para tener mayor oportunidad en el tratamiento de esta enfermedad.
La expectativa de vida aumenta gracias a avances científicos como la nanotecnología, el Internet de las Cosas, la Inteligencia Artificial, el big data y la investigación genética que se han incorporado al campo de los dispositivos médicos para reducción de costos de diagnósticos y tratamientos.
Las siguientes son algunas innovaciones que están revolucionando a la industria mundial.
Los dispositivos médicos oncológicos también se han renovado dentro de los hospitales; prueba de ello es la creación de científicos del Imperial College London, en Reino Unido: un bisturí que permite distinguir los tejidos cancerígenos durante la cirugía.
El instrumento comunica al instante qué tejido cortar y qué tejido dejar intacto, lo que supone un enorme adelanto en la tecnología de intervención quirúrgica, pues en una cirugía por esta enfermedad, el médico debe asegurarse de eliminar todo el tejido con sospecha de malignidad, lo cual no siempre es tan evidente y requiere de largas horas en el laboratorio mientras el paciente permanece anestesiado.
El bisturí presentado por el doctor Zoltan Takats emplea sistema de electrocirugía que calienta el tejido al mismo tiempo que lo secciona con la máxima precisión.
Este se encuentra conectado a un espectómetro que detecta las diferencias entre los químicos presentes en el humo emanado de tejidos cancerosos y de tejidos sanos.
En 2019 el índice de defunciones por cáncer de mama aumentó a nivel nacional con al menos 7,354 casos registrados, de los cuales la tasa de mortalidad representó un 19.6 por ciento, la cifra más elevada en la historia del país. Esto es aún más alarmante al descubrir que el 70 por ciento de los casos de quienes padecen esta enfermedad podría salvarse con una detección temprana.
Así surgió un brasier que integra al menos 200 pequeños biosensores de inteligencia artificial que una vez que tienen contacto con el pecho miden el comportamiento de la sangre y cómo esta atraviesa el tejido mamario.
La información obtenida en tiempo real es comparada con una base de datos a través de un algoritmo.
Esta creación del estudiante mexicano Julián Ríos ayuda en el diagnóstico de este particular tipo de cáncer de manera más precisa que la autoexploración y menos peligrosa que las mamografías.
El brasier debe ser utilizado entre 60 y 70 minutos continuos una vez a la semana para enviar los datos a la aplicación móvil o al oncólogo que lleve el tratamiento.
Otra de las grandes innovaciones de la década se desarrolló en la Universidad Rovira i Virgili de Cataluña. Este aparato portátil permite el seguimiento del cáncer de forma rápida, económica, eficaz y poco agresiva a través de una muestra de sangre.
El aparato cuantifica, de una en una y en tiempo real, el número de células tumorales que hay en una muestra de sangre, y mejora el seguimiento que se hace a los pacientes, particularmente de aquellos con metástasis y requieren que este sea continuo durante su tratamiento.
Este nuevo aparato integra dos sistemas en miniatura: uno de flujo y otro óptico. En el primero fluyen alineadas las células de la muestra de sangre, mientras que en el segundo se analizan las células y se cuentan separadamente las cancerígenas y las que no lo son.
El resultado permite evaluar la evolución de la enfermedad sin necesidad de un sometimiento constante a este tipo de pruebas.
El 4 de febrero se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer. Esta enfermedad, según cifras del INEGI, es la tercera causa de muerte en México, con 14 fallecimientos por cada 100 habitantes al año.