Así es la vida: Cuando mi papá tenía 89 años
Cuando mi papá tenía 89 años, una tarde sorprendió a mi mamá al llegar a casa en una patrulla. Los oficiales le explicaron que, al parecer...
Cuando mi papá tenía 89 años, una tarde sorprendió a mi mamá al llegar a casa en una patrulla. Los oficiales le explicaron que, al parecer, papá se había extraviado en el bosque.
Incrédula, mi madre exclamó que eso no era posible, pues él llevaba más de 20 años paseando todos los días en ese lugar. Entonces, papá se acercó a ella y le susurró al oído: “No me perdí. ¡Es que estaba muy cansado para regresar a pie!”.
Jayne Wile, Canadá
Un odontólogo de mi ciudad estaba harto de que la gente dejara sus autos en el estacionamiento de su consultorio, así que decidió tomar cartas en el asunto. Pegó un letrero que decía: “Estacionamiento exclusivo para pacientes y empleados. Cualquier infractor recibirá una cita con el dentista”.
Jim Kerr, Reino Unido
Pertenezco a un grupo de mujeres de la tercera edad. Cierta noche organizamos un concurso en el que debíamos nombrar estrellas de películas de Hollywood de la década de los 40. Una de las nuevas integrantes respondió correctamente casi todas las preguntas. Impresionada, le pregunté cómo podía recordar tan bien después de tanto tiempo.
—Es que mi padre sirvió en el Ejército durante la Guerra y varios años después —comentó ella—. Cada vez que le daban permiso para viajar a casa, solía darnos a mi hermano y a mí unas monedas y nos enviaba al cine.
—¿Y alguna vez supiste por qué lo hacía? —le pregunté.
—Sí —contestó la mujer, un poco avergonzada y bajando la voz—. Cuando mi mamá me dio dos hermanas y un hermanito.
Thelma Andrews, Reino Unido
Hace poco, uno de los empleados del almacén donde mi esposo trabaja como gerente general llamó para informarle que no se presentaría a trabajar ese día.
—Me van a hacer una necropsia —dijo—, pero, con un poco de suerte, podré presentarme mañana.
Daniela Baker, Reino Unido
Definitivamente, las infernales selvas de Vietnam no eran el lugar donde mi esposo pensaba celebrar su cumpleaños número 21. Tuvo que hacerlo porque estaba destacado en el Ejército. Sin embargo, su ánimo mejoró mucho cuando ese día recibió un pastel de parte de su hermana. Iba cuidadosamente empacado en un recipiente hermético de plástico, el cual tenía adherida esta nota: “Dick, cuando te comas el pastel, ¿podrías devolverme el envase por correo?”.
Kathy Wilson, Estados Unidos
Mi colección de utensilios clásicos de cocina incluye uno cuyo propósito siempre fue un misterio. Luce como una mezcla entre una espumadera y una espátula de metal, así que suelo emplearlo como ambas cosas. Cuando no está en uso, lo exhibo en un carrito decorativo de cerámica que tengo en la cocina.
Hace poco, finalmente se resolvió el misterio del artefacto: encontré uno en su empaque original al acudir a una venta de garaje en mi vecindario. ¡Resulta que es una pala para recoger suciedad de perros!
Patty Brozo, Estados Unidos