El lunch es una colación a media mañana, un tiempo de comida ligera que es suficiente para que la niña o el niño tengan energía y estén activos durante la primera parte del día, pero que no les quite el hambre para las ingestas posteriores. El refrigerio debe de ser creativo, práctico y nutritivo, pero sobre todo algo que le agrade al chico.
Para que el menor se involucre y aprenda buenos hábitos alimenticios, hay que pedirle que ayude en la elección y preparación de su lunch. No hay que olvidar que los niños comerán porciones más pequeñas que los adultos.
En ocasiones, hacer atractiva la lonchera, los platos, cubiertos e, inclusive, los vasos a utilizar, contribuyen a que los pequeños se apeguen más a su consumo, explica Marien Garza, miembro del Consejo Consultor de Nutriólogos de Herbalife Nutrition.
Para preparar un buen refrigerio es necesario:
- Incluir al menos dos grupos de alimentos del Plato del Bien Comer, tales como: fruta y origen animal; o verdura y cereal.
- Procurar que el lunch no requiera calentarse o refrigerarse, es decir, que sean alimentos listos para comer.
- Productos de origen animal que sean bajos en grasas (queso panela, pechuga de pavo, pollo o atún en agua, yogur y leche descremada).
- Preferir cereales y panes de harina de trigo integral.
- Para los sándwiches, untar aguacate en vez de mayonesa. Dejar que los niños los decoren y les brinden su forma favorita o los recorten con cortadores para galletas. Esto hará que se les antojen más.
- Para beber, es preferible que el niño lleve una botella pequeña de agua natural y, ocasionalmente, leche descremada. Algún jugo natural o agua de sabor ligeramente endulzada, también es una buena opción.
Ejemplos de lunch saludable:
- 1 paquete de tostadas horneadas con jocoque natural y unas zanahorias ralladas.
- 1 taza de fruta picada con queso cottage y un puñado de nueces.
- 3 rollitos de pechuga de pavo con queso panela y jitomate picado con una taza de palomitas horneadas.
