1. Tener una docena de lunares o más en un brazo
Un estudio británico mostró que las mujeres que tenían al menos 12 lunares en un brazo eran nueve veces más propensas a tener más de 100 en todo el cuerpo, lo cual es un factor de riesgo de cáncer.
2. Cítricos y sol
En un estudio publicado en el Journal of Clinical Oncology, que siguió a más de 100,000 adultos durante 25 años, los que consumían cítricos (como jugo de naranja o una toronja) al menos una vez al día corrían 36 por ciento más riesgo de contraer cáncer de piel que quienes los tomaban menos de dos veces por semana.
Los cítricos contienen sustancias que aumentan la fotosensibilidad de la piel. Pero no es necesario abstenerse de ellos, aclara Abrar Qureshi, director del estudio y presidente del departamento de dermatología de la Facultad de Medicina Warren Alpert de la Universidad Brown, en Providence, Rhode Island.
Basta con no exponerse al sol de dos a tres horas después de ingerirlos.
3. Asolearse en exceso
El asoleo intenso e intermitente que causa quemaduras parece aumentar el riesgo de melanoma más que el asoleo normal, como el propio de realizar actividades al aire libre unos 15 minutos al día.
Esta exposición diaria produce un daño acumulativo asociado a cánceres no melánicos, como el carcinoma de células basales, que es menos agresivo.
En cambio, la exposición brusca a los rayos UV parece neutralizar las defensas de la piel contra el melanoma.
4. Recibir tratamiento para una enfermedad autoinmune
La debilidad del sistema inmunitario puede hacer que se dispare el riesgo de cáncer de piel, lo que preocupa a millones de enfermos de artritis reumatoide, lupus y otros padecimientos en los que el organismo se ataca a sí mismo.
Los inmunosupresores usados para tratar estos males pueden agravar la situación. En un estudio, por ejemplo, los inhibidores del factor de necrosis tumoral usados por los artríticos aumentaron en 50 por ciento el riesgo de melanoma.
Quienes tomaban los inmunosupresores llamados tiopurinas para controlar el síndrome de colon irritable fueron más propensos a cánceres no melánicos en dos estudios.
Es un problema grave, dice Mona Gohara, profesora de dermatología clínica en la Facultad de Medicina de la Universidad Yale. La solución: “Como el cáncer cutáneo se trata fácilmente si se descubre a tiempo, no olvides hacerte un autoexamen al mes y acude al médico cada seis meses o con la frecuencia prescrita para que te examine la piel”, dice la experta.
5. Tomar más de una bebida alcohólica al día
Un análisis de 16 estudios reveló que beber habitualmente más de un trago al día aumenta en 20 por ciento el riesgo de melanoma, quizá porque ciertas sustancias del alcohol hacen más sensible la piel a la luz.
Otro peligro es que la embriaguez favorece el descuido en la protección contra el sol: quienes bebían más de cuatro tragos o varias cervezas fuertes al día corrían hasta 55 por ciento más riesgo de contraer melanoma.
