En México aproximadamente 4 mil mujeres cada año son diagnosticadas con cáncer de ovario. El 75 por ciento de los casos es detectado en etapas avanzadas.
Las mujeres son más propensas a padecer enfermedades mortales con el aumento de la edad, como el cáncer de ovario, el cual se erige como el séptimo cáncer más frecuente entre las mujeres en todo el mundo.
La prevalencia mundial de este padecimiento es de más de 230 mil nuevos casos cada año y se estima que el 75 por ciento de las pacientes diagnosticadas se encuentran en etapas avanzadas, lo que dificulta su tratamiento y disminuye la supervivencia. En México esta enfermedad es la segunda causa de muerte en mujeres por tumores malignos.
El cáncer de ovario es conocido como una enfermedad silenciosa porque no presenta síntomas específicos. En las primeras etapas los síntomas suelen confundirse con enfermedades como el síndrome del intestino irritable o molestias pélvicas inespecíficas, así que pueden pasar de 6 a 12 meses sin un diagnóstico correcto.
En México todavía nos queda mucho que aprender acerca del cáncer de ovario. Es importante que los especialistas informen a las mujeres de entre 40 y 60 años sobre los estudios que deben realizarse para detectar a tiempo el padecimiento y así llevar un tratamiento que preserve su calidad de vida. Es importante mencionar que todas debemos acudir por lo menos una vez al año con un especialista y conocer los factores de riesgo.
Factores de riesgo que aumentan la probabilidad de padecer cáncer de ovario
- Edad
- Obesidad
- No haber tenido hijos
- Menopausia
- Factores hereditarios
Este último factor es uno de los más importantes, pues el riesgo de padecer la enfermedad aumenta significativamente si uno o dos familiares en línea directa padecieron cáncer de ovario o de mama y se debe específicamente a una mutación en los genes BRCA1 o BRCA2.
Se estima que hasta un 44 por ciento de las mujeres que hereda esta mutación desarrollarán cáncer de ovario en algún momento.
El diagnóstico del cáncer de ovario se realiza a través de la historia clínica, exploración física, estudios de imagen y de sangre.
Actualmente los tratamientos disponibles son la cirugía para extraer el tumor, la quimioterapia por vía oral o intravenosa y las terapias dirigidas.
También existen medicamentos de próxima generación para hacer una diferencia sin precedentes en el tratamiento del cáncer.
