¿Sabías que el ser humano tiene tres cerebros? Bueno, no literalmente, esto se refiere más que nada a que el cerebro se compone de tres partes fundamentales, conocidas como los “tres cerebros“. Quédate en este artículo que te explicaremos de qué se trata.
El ser humano es una especie muy compleja y fascinante. Nuestra mente es capaz de grandes logros, pero también de grandes errores. ¿Qué es lo que hace que seamos así?
Una de las respuestas a esta pregunta se encuentra en la estructura de nuestro cerebro. El cerebro humano está formado por tres partes principales: el cerebro reptiliano, el cerebro límbico y el neocórtex que representan diferentes etapas evolutivas y desempeñan roles distintos en la forma en que pensamos, sentimos y nos comportamos.
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En 1950, el neurocientífico Paul MacLean desarrolló la teoría del cerebro triuno, que explica que el cerebro humano actual está formado por la superposición evolutiva de tres cerebros.
El cerebro reptiliano, también conocido como cerebro instintivo, es la parte más primitiva y antigua de nuestro cerebro y se formó hace unos 500 millones de años.
Se encuentra en la base del cráneo y está involucrado en las funciones básicas de supervivencia y mantenimiento del cuerpo. Es el que controla nuestras respuestas automáticas e instintivas, como la respiración, el latido del corazón, el control de la temperatura corporal y todas las funciones de los órganos.
El cerebro reptiliano también está relacionado con el instinto y la agresión. Es la parte de nuestro cerebro que nos hace reaccionar ante el peligro o la amenaza.
El cerebro límbico es la siguiente etapa en la evolución del cerebro humano. Se encuentra justo encima del cerebro reptiliano. Se formó hace unos 250 millones de años, y es responsable de la formación de nuestros recuerdos, así como de nuestras respuestas emocionales.
Este cerebro alberga estructuras como el hipotálamo, la amígdala y el hipocampo, que desempeñan un papel fundamental en la regulación de nuestras respuestas emocionales y la formación de la memoria.
El cerebro límbico nos permite experimentar y expresar una amplia gama de emociones, desde el miedo y la ira hasta la alegría y el amor. También influye en nuestras motivaciones y deseos, como la búsqueda de placer, la satisfacción de nuestras necesidades básicas y la conexión social.
Este cerebro desempeña un papel fundamental en la formación y el almacenamiento de la memoria. Es responsable de la memoria a largo plazo y de la consolidación de la información emocional. Ayuda a recordar experiencias emocionales significativas y a aprender de ellas.
Por otro lado, está involucrado en la conducta social y las interacciones sociales. Contribuye al reconocimiento de las expresiones faciales y al procesamiento de las señales sociales. Además, influye en la regulación de las relaciones interpersonales y la empatía.
El neocórtex, o córtex cerebral, es la parte más reciente y sofisticada de nuestro cerebro. Se formó hace unos 100 millones de años, y encuentra en la corteza cerebral y es responsable de nuestras funciones cognitivas superiores, como el pensamiento racional, el lenguaje, la toma de decisiones y la planificación.
El neocórtex nos permite analizar, interpretar y procesar información de manera compleja. Es la sede de la conciencia y la autoconciencia, lo que nos permite reflexionar sobre nuestros propios pensamientos y acciones. Además, nos proporciona la capacidad de aprender, adaptarnos al entorno y resolver problemas de manera creativa.
El neocórtex es lo que nos distingue como seres humanos y nos permite adaptarnos al entorno, resolver problemas y expresar nuestra individualidad. Nos ayuda a pensar en términos abstractos y simbólicos. Nos capacita para imaginar, crear conceptos, desarrollar teorías y comprender ideas complejas. Es esencial para el desarrollo y el procesamiento del lenguaje; nos permite hablar, entender y comunicarnos de manera efectiva con los demás, y está involucrado en la comprensión y la producción del lenguaje escrito.
También está involucrado en la memoria de trabajo, que es la capacidad de mantener y manipular temporalmente la información en nuestra mente. Nos permite seguir instrucciones, hacer cálculos mentales y realizar tareas que requieren retención de información a corto plazo.
Finalmente, está asociado con la conciencia de uno mismo y la percepción de nuestra identidad individual. Nos permite tener una comprensión de quiénes somos, nuestras experiencias pasadas y nuestra relación con el mundo que nos rodea.
Los tres cerebros del ser humano interactúan entre sí de forma compleja. El cerebro reptiliano es la base de nuestra supervivencia, el cerebro límbico es la fuente de nuestras emociones y el neocórtex es la sede de nuestro pensamiento racional.
Es importante destacar que estos tres cerebros no operan de forma aislada, sino que interactúan constantemente, están interconectados y se influyen mutuamente.
Nuestras experiencias y nuestras respuestas emocionales pueden desencadenar reacciones en el cerebro reptiliano y límbico, mientras que nuestro neocórtex puede regular y modular esas respuestas. Es esta compleja interacción entre los tres cerebros lo que nos hace humanos y moldea nuestra forma de ser y actuar en el mundo.
Con información de Psicología y Mente
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