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Fidget spinner ¿el bueno o el malo de la película?
Un invento creado hace más de dos décadas por una madre enferma está volviendo locos a padres y maestros.
Un invento creado hace más de dos décadas por una madre enferma está volviendo locos a padres y maestros.
Pero ¿cuál es la verdad detrás de este objeto girador que dicen puede ayudar al autismo y la ansiedad?
Unos lo anuncian como el objeto que servirá para que tus hijos preadolescentes se olviden de los videojuegos o para personas con trastornos, mientras que en otros advierten que el fidget spinner ni ayuda a las personas con autismo ni cumple con las normas oficiales para ser considerado un juguete.
Seguramente lo has visto pero si no te lo describimos: es un objeto que cabe en la palma de la mano y consta de hélices con un centro giratorio para que rote.
Las hélices –mínimo 2, máximo 5 y que suelen ser de plástico o metal– se giran con los dedos y el movimiento de rotación se mantiene por inercia. Los novatos lo giran sobre superficies planas, mientras que los más avezados se lo colocan hasta en la punta de la nariz.
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¿Pero de dónde salió?Corría el verano de 1993 cuando una ingeniera química de nombre Catherine Hettinger supo que padecía miastenia gravis, una enfermedad neuromuscular autoinmune y crónica caracterizada por grados variables de debilidad de los músculos esqueléticos que dificulta desde respirar o hablar hasta mantenerse en pie.
Impedida para jugar con su hija, Catherine Hettinger, con ayuda de la chiquilla, empezó a idear un juguete. Así nació el fidget spinner.
Calma los nervios, mantiene la mente enfocada y las manos ocupadas, alivia la tensión, es divertido y relajante. Así anuncian en infinidad de sitios al fidget spinner.
Los vendedores aseguran que este artilugio ayuda a aumentar la capacidad de enfoque, así que se lo recomiendan a personas con estrés, problemas de memoria y concentración, ansiedad, depresión, autismo y déficit de atención, y hasta para quienes intentan perder peso o dejar el cigarro.
“Su sensación agradable como piedras de río en la mano. Son los suficientemente pequeños para llevar contigo en cualquier momento y es menos molesto para los compañeros de trabajo que estar jugando con llaves o bolígrafos… ¡es más satisfactorio que los malos hábitos!” reza uno de los tantos anuncios sobre el fidget spinner.
A pesar de la publicidad de los vendedores, la realidad es que no existen estudios científicos que avalen que este objeto ayuda en todos esos padecimientos y trastornos.
Mientras que el vicepresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría sentencia que no existe un ensayo clínico ni estudios que prueben la eficacia de este aparato, la terapeuta ocupacional Claire Heffron cree que herramientas como el fidget spinner pueden tranquilizar el cuerpo y mantener a la mente alerta y enfocada.
En lugar de juguete –considera esta experta– podría clasificarse como ‘herramienta de inquietud’ porque puede ser útil en el manejo del comportamiento inquieto si se siguen ciertas pautas.
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Julie Schweitzer, psicóloga clínica del Instituto de Investigación MIND de la Universidad de California que habló con la BBC, considera que el fidget spinner puede ayudar a cierta clase de chicos.
Esta estudiosa de los trastornos por déficit de atención e hiperactividad menciona un estudio que demostró que en un grupo de niños de entre 10 y 17 años quienes padecían este trastorno se desempeñaron mejor en un test de atención computarizada cuando más intensamente usaban el fidget spinner, mientras que los niños sin ese problema no mejoraron su desempeño.
Schweitzer reconoce que dicho estudio utilizó una muestra muy pequeña y considera que aún hace falta más investigación.
Beatriz Ramírez Beltrán, especialista en psicología de la salud del Instituto Cognitivo Conductual de Salud Mental de México, explica a Selecciones que el fidget spinner le está dando excelentes resultados en un caso de onicofagia o hábito de comerse las uñas.
Una adolescente que se come las uñas desde hace más de una década está usando el fidget spinner para deshacerse de ese hábito. “Estamos tratando de que esta paciente asocie el aparato con estados relajados que le están ayudando a cumplir metas, que ya no sienta culpa por comerse las uñas y que aunque tuvo ganas de hacerlo logró contenerse” explica.
Durante las dos semanas que la chica ha usado el fidget spinner le ha dado excelentes resultados.
Ramírez Beltrán considera que ese aparato también podría convertirse en una herramienta para mejorar la motricidad fina. “Puede funcionar en ciertas terapias siempre y cuando se regule su uso”.
Según OCCU, la organización de consumidores más importantes de España, aunque se usa como tal, el fidget spinner no está etiquetado como juguete y la mayoría no cuenta con el marcado CE obligatorio para los juguetes en la Unión Europea.
Esta organización alerta que no se tiene constancia de ningún control en cuanto al tipo de materiales, aditivos, metales pesados o compuestos orgánicos para la fabricación de estos objetos.
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A juicio de la OCCU, los fidget spinner no reúnen los requisitos de seguridad obligatorios para que los niños pequeños jueguen con ellos. Portugal de plano ya los prohibió para menores de tres años.
Aunque no hay ninguna restricción de edad a su venta, no se lo compres a un niño pequeño.
Pruébalos en la tienda: existen diversos diseños y no todos giran igual de bien.
Busca un modelo resistente: Manipúlalo antes de adquirirlo para verificar que no se desprendan las partes con facilidad.
Evita los luminosos: Son más llamativos pero también más delicados pues al primer golpe se desmontan, además de que usan pilas y chapas afiladas.
Aléjate de las imitaciones: Intenta localizar aquellos que sean estrictamente legales, con marcado CE, identificación del fabricante o importador, razón social y advertencia de piezas pequeñas.
Vigila muy de cerca a los más pequeños: Ten cuidado especial con los menores de tres años pues cualquier pieza suelta se la llevarán a la boca.
Practica en un sitio despejado: Recuerda que si caen al suelo, debido a que están girando rápidamente, el spinner puede salir disparado y golpear con fuerza a alguien o a algo (cristales, computadoras, televisiones).
Evita jugar con él sobre la nariz: podría dañarte el ojo.
Estas recomendaciones deben seguirse al pie de la letra, pues ya se han documentado diversos accidentes. El primero sucedió hace unas semanas. La víctima fue una niña de Texas, Estados Unidos, quien empezó a vomitar y rápidamente fue llevada al hospital, donde los Rayos X mostraron que tenía una pieza en el esófago, misma que fue retirada mediante una endoscopía.
Tal vez los más afectados con esta moda son los profesores, quienes tienen que lidiar con decenas de chicos vueltos locos por el fidget spinner, el cual ha sido prohibido en diversos centros educativos.
“El fin de curso de 2017 ya pasará a la historia como aquel en el que los maestros intentaron dar clase mientras los niños daban vueltas a su spinner como si de un grupo de desintoxicación de alguna sustancia se tratase”.
Así inicia la carta que el profesor español Konrad Vic García Fernández subió a su muro de Facebook y que ha sido compartida miles de veces porque parece que infinidad de personas tienen la misma inquietud sobre el juguete de moda y lo que el profesor llama la ‘generación de la sobreestimulación’.
La decisión de que los niños usen tal o cual objeto es de los padres, pero es importante que analicen qué es lo que están adquiriendo respecto a las normas de seguridad, si está permitido o no llevarlo a la escuela y, sobre todo, constatar si las bondades terapéuticas que se le atribuyen cuentan con base científica, recomienda Aleteia, portal informativo católico.
También encarga que los padres tomen conciencia que el Fidget Spinner no cura ningún trastorno ni sustituye a las terapias psicológicas y médicas correspondientes.
https://www.youtube.com/watch?v=z9LYaIn9Hmg
¿Crees que el uso de este artefacto dure mucho? ¿Conoces a muchos niños que lo utilicen?
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