¿Gastritis crónica? Factor de riesgo para cáncer gástrico
¡No tomes a la ligera esta enfermedad! La gastritis crónica puede provocar cambios en el revestimiento del estómago que pueden aumentar el riesgo de cáncer gástrico.
En un país como México, donde se consumen alimentos ricos en grasas, picantes o irritantes es común que la población padezca acidez estomacal (sensación de ardor en el pecho o garganta). Por lo que no pueden faltar en los botiquines familiares o carteras de las personas los llamados antiácidos. Si bien estos medicamentos neutralizan y alivian el malestar estomacal, su dependencia podría ocultar problemas de salud más graves como el cáncer gástrico.
Si bien existen otros factores de riesgo, como :
El 90 % de los casos de cáncer gástrico son secundarios a infección por H. pylori, explicó el Dr. Miguel Sierra Miranda, asesor científico de Inmuno-Oncología de Bristol Myers Squibb México.
Ante este panorama, el especialista hizo un llamado a la población a que no tome a la ligera una gastritis crónica. La cual está definida como la inflamación del revestimiento del estómago que puede durar meses o años.
El cáncer gástrico produce anualmente más de un millón de muertes en el mundo. De ellas, más de 6 mil son mexicanas.
Aunque conocemos la historia natural de este padecimiento. La ausencia de síntomas específicos, de programas de detección temprana y herramientas diagnósticas no invasivas, ha propiciado un diagnóstico tardío y alta mortalidad, dijo.
Explicó que el cáncer gástrico suele hallarse avanzado al momento del diagnóstico, porque en sus primeras etapas no da síntomas o estos se confunden con otras afecciones estomacales.
“Incluso, la mayoría de los pacientes pasan años con ardor en la boca del estómago pensando que es una gastritis, pero a la larga pueden presentar dolor, dificultad para tragar, vómitos y pérdida de peso sin razón conocida”, comentó Sierra Miranda.
Resaltó la importancia de no automedicarse para aliviar una gastritis y acudir al gastroenterólogo u oncólogo quienes podrían solicitar una endoscopía superior (procedimiento para observar el interior del esófago, estómago y duodeno) y una biopsia (extracción de células o tejidos para observar al microscopio), a fin de confirmar la sospecha y comenzar un tratamiento, sobre todo si el cáncer fue detectado de forma tardía.
Explicó que alrededor de 1 de cada 5 casos presentan elevada una proteína llamada HER2 que promueve el crecimiento de las células cancerosas.
A los tumores con estas características se les conoce como positivos a HER2, los cuales suelen recibir terapia dirigida junto con quimioterapia.
En cambio para los negativos a HER2, la quimioterapia ha sido el tratamiento inicial para pacientes de cáncer gástrico avanzado o metastásico o de la unión gastroesofágica; sin embargo, la mayoría tiene un mal pronóstico y suele vivir menos de un año.
Ahora, nuevos estudios indican que la combinación de quimioterapia con inmunoterapia, donde esta última estimula las defensas naturales del cuerpo para combatir el cáncer. Lo que prolonga varios meses la supervivencia general y el tiempo antes de que la enfermedad empeore en comparación con la quimioterapia sola. Por lo cual representa un nuevo tratamiento estándar de primera línea para estos pacientes.
En México recién se autorizó el uso de esta innovadora combinación en el sector privado y se espera que esté disponible en las instituciones públicas en 2024.
“Esta terapia inmuno-oncológica representa un avance significativo en el manejo del cáncer de estómago y supone una esperanza para los mexicanos con necesidades de salud no cubiertas”, destacó Sierra Miranda.
Agregó que no hay manera de prevenir el cáncer gástrico, aunque hay medidas que pueden reducir el riesgo de padecerlo como mantener un peso corporal saludable, llevar una alimentación rica en frutas y verduras y realizar actividad física.
Cada año se diagnostica cáncer gástrico, o cáncer de estómago, a más de un millón de personas en todo el mundo.
Las probabilidades de supervivencia varían en función de muchos factores, entre ellos si el cáncer sigue contenido en el estómago o se ha extendido.
El tratamiento también varía de una persona a otra en función de una serie de factores, y puede incluir cirugía, quimioterapia, radioterapia, terapia dirigida, inmunoterapia (como los inhibidores de puntos de control) o una combinación de tratamientos.