Incluso en su versión más imperfecta, pueden ser una experiencia valiosa para toda la familia. Son una oportunidad para conectarse, crear recuerdos y fortalecer los lazos familiares.
Las cenas familiares que vemos en televisión o películas suelen ser una imagen idealizada: familias felices sentadas alrededor de una mesa bien puesta, disfrutando de una comida casera perfecta. Sin embargo, la realidad de las cenas familiares en la vida real puede ser un poco más caótica, con horarios ocupados, comidas improvisadas y niños quisquillosos.
Pero antes de tirar la toalla y dejar que cada uno busque su propia comida, es importante recordar el verdadero propósito de las cenas familiares. No se trata solo de la comida en sí, sino de la oportunidad de reunirse al final del día para conectar como familia.
Lindsay L’vov, nutricionista registrada de Banner Health, lo resume así: “Las comidas familiares son una oportunidad para sentarse juntos y relajarse del día. Es una oportunidad para reafirmar el amor y el apoyo. Cuando las familias pueden disfrutar de una comida juntas, se ayuda a contrarrestar toda la incertidumbre del mundo exterior, permitiendo que cada persona se apoye en vínculos familiares cómodos y reconfortantes”.
De hecho, las investigaciones han demostrado que las cenas familiares regulares tienen muchos beneficios para los niños y adultos.
Los niños que comen con sus familias tienden a tener calificaciones más altas, vocabularios más amplios y menos probabilidades de sufrir depresión o abuso de sustancias. También tienen una mejor nutrición y menores tasas de obesidad.
Los adultos también experimentan mejoras en su estado de ánimo y salud mental al comer con sus familias.
L’vov ofrece algunos consejos:
Si bien las cenas familiares de la televisión y las películas pueden no ser realistas, eso no significa que no sean importantes. Al seguir algunos consejos simples y adaptar las cenas familiares a las necesidades de tu familia, puedes crear una experiencia positiva y beneficiosa para todos.
¿Lo Sabías?
