Puede ser solitario, pendenciero, reservado y hasta grosero... pero eso no significa que tu adolescente no te necesite, que no quiera platicar contigo.
“Aunque la respuesta no sea clara y entusiasta, los adolescentes todavía quieren que sus padres se interesen en lo que hacen“, dice Stephanie Hartselle, profesora asistente de psiquiatría en la Universidad Brown, e integrante de la Academia Estadounidense de Psiquiatría Infantil y Adolescente (AACAP, por sus siglas en inglés).
Como a los padres se les puede dificultar romper el hielo –sobre todo si sus hijos adolescentes los han rechazado antes– la doctora Hartselle ofrece algunos consejos para iniciar la conversación. “Convierte el preguntarle cómo le fue en parte de tu rutina, pero no esperes una respuesta elocuente”, dice.
“En el auto de camino a casa o al cenar, pregúntale cuál fue la mejor parte de su día, o incluso qué fue lo peor. Aunque no responda, continúa haciéndolo para que sepa que estás ahí si desea platicar“. La doctora Hartselle agrega un consejo para manejar la conversación que podría seguir. “Es útil que no tomes las respuestas personalmente”.
“Los adolescentes quieren que sus padres sientan curiosidad sobre sus amigos“, dice la doctora Hartselle. Además, es importante que los padres comprendan que es natural que esas amistades son su prioridad.
“Es útil que los padres recuerden lo valiosos que eran sus amigos cuando eran adolescentes, y cómo esas relaciones fueron más importantes que la que tenían con sus familias”, dice Terrill Dennis Bravender Jr., director de la División de Medicina Adolescente en el Hospital Infantil C.S. Mott de la Universidad de Michigan. “Es un cambio completamente normal”.
Aunque no lo digan con tanta claridad, los adolescentes continúan valorando la opinión de sus padres, dice el doctor Bravender. “Aunque no lo parezca, la gran mayoría de los adolescentes sigue admirando a sus padres“, explica.
Añade que, por tanto, es crucial que los padres sean modelos de buen comportamiento. “Algo tan simple como respetar el límite de velocidad es realmente importante”, dice.
El cerebro humano continúa desarrollándose hasta los 25 o 26 años de edad, y la última área que se forma es la corteza prefrontal, responsable de la planeación, la lógica y el razonamiento. “Esto explica por qué los adolescentes toman decisiones impulsivas sin saber las razones detrás de su conducta“, dice la doctora Hartselle.
“Con frecuencia mirarán hacia atrás y pensarán que hicieron algo estúpido, pero en ese momento no tenían la madurez para preverlo“.
“La mayoría de los adolescentes saben más sobre su familia de lo que creen los demás”, dice el doctor Bravender. Explica que si Mamá o Papá tienen problemas en su matrimonio o hay algún conflicto sobre los límites que han establecido como padres, su hijo adolescente lo sabrá. “Existen muy pocos secretos”, añade. Y ese conocimiento va más allá de percibir estados de ánimo y dinámicas.
“Los adolescentes casi siempre saben la combinación de la caja fuerte donde se guarda la pistola, e incluso el NIP de las tarjetas de crédito”, explica la doctora Hartselle. “Los padres necesitan saber que es fundamental mantener conversaciones honestas sobre lo que está ocurriendo en la casa, desde problemas económicos hasta conflictos matrimoniales.”
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Lo que un adolescente quiere es sentir que sus padres lo comprenden y que no solo lo juzgan, dice Louis J. Kraus, Jefe de Psiquiatría Infantil y Adolescente en el Centro Médico de la Universidad Rush. “Cuando se sienten juzgados, con frecuencia se vuelven reservados y cada vez más mentirosos”, explica.
En contraste, si los padres motivan a que su adolescente se exprese sin temor a ser juzgado, mayor será la posibilidad de que dicho adolescente hable con honestidad sobre lo que pasa en su mundo. ¿Cuál es la mejor forma de crear una zona libre de crítica?
“Los padres necesitan ofrecerle a su hijo la posibilidad de expresarse abiertamente sin temer un castigo”, dice el doctor Kraus. “Entre más lo hagan los padres, más cómodo se sentirá su hijo hablando con ellos.”
Necesito límitesNo tiene algo de malo querer ser amigo de tu adolescente, pero se convierte en un problema cuando eso te impide ponerle reglas, dice la doctora Hartselle.
“Los adolescentes no lo dicen, pero realmente, desesperadamente, quieren límites“, explica, agregando que un adolescente que no tiene límites claros se parece a un adulto que inicia un trabajo nuevo sin tener idea de cuáles son los parámetros o las expectativas, lo que podría causarle una gran ansiedad. “Si un adolescente no sabe cuáles son sus límites, se comportará cada vez peor hasta que los encuentre”.
¿Por dónde puede empezar un padre? “Los límites que los padres pueden manejar con más facilidad se relacionan con la seguridad de su hijo, como evitar las drogas y el alcohol”, explica la doctora Hartselle. También señala que imponer reglas no tiene que ser una experiencia negativa.
“Solemos pensar en las reglas y limitaciones como si fueran castigos, pero no debe ser así“, sugiere. “Dar más responsabilidad a los hijos también significa darles más privilegios, como pasar más tiempo en sus redes sociales, o elegir un restaurante para la cena familiar”.
Es fundamental que los padres ayuden a sus adolescentes a visualizar sus metas e investigar sus pasiones, indica un estudio de 2015 sobre adolescentes y padres realizado por un profesor en la Escuela de Educación en Harvard.
El estudio descubrió que tres prácticas parentales clave –impulso a la autonomía (brindar oportunidades para ser independiente), monitoreo (saber dónde están los hijos y qué planean hacer) y calidez (una relación de apoyo)– se relacionan con el desarrollo del hijo en su adolescencia y su edad adulta temprana.
Entre los hallazgos del estudio: “los padres siguen siendo una influencia significativa en la adolescencia y la adultez temprana al promover aspiraciones, ayudando a que sus hijos encuentren significado y propósito en sus estudios, y mostrándoles cómo sus esfuerzos actuales empatan con sus metas e identidades a largo plazo”, dice un boletín referente al estudio.
Es comprensible que un padre quiera proteger a sus hijos del fracaso, pero impedir que fallen les impedirá desarrollar habilidades para recuperarse. “Nuestra misión como padres es prepararlos para que nos dejen sin ‘trabajo‘”, dice la doctora Hartselle, quien frecuentemente ve padres tratando de solucionar los problemas que sus hijos adolescentes tienen con sus maestros.
“Los adolescentes necesitan tener la posibilidad de fallar y necesitan el apoyo de sus padres para recuperarse, pero no para que lo solucionen. En realidad debemos preparar a nuestros hijos para que triunfen sin nuestra ayuda“.
Existe una brecha generacional muy clara entre cómo los padres actuales socializaban cuando eran adolescentes, y la forma en que los adolescentes actuales socializan entre ellos. “Ningún padre creció durante esta era digital, donde las cosas cambian con tanta velocidad”, dice la doctora Hartselle.
“Muchas de las emociones que sienten los adolescentes actuales son las mismas que sentimos cuando éramos jóvenes, pero ellos también están lidiando con la presión de las redes sociales, que ni siquiera habríamos comprendido en aquel entonces”.
Existen ciertos cambios en la conducta de un adolescente que deberían alertarte, incluyendo un alejamiento súbito de la familia, descuidar la tarea escolar, una baja repentina en calificaciones, cambiar a todo su grupo de amigos, suspender sus actividades favoritas y pasar demasiado tiempo en su habitación. Si notas estos cambios, no pierdas tiempo y habla con tu hijo.
“Los padres pueden decir cosas como ‘He escuchado que están bulleando más a los chicos en las escuelas. ¿Le ha pasado a alguno de tus amigos?'”, sugiere la doctora Hartselle para iniciar la conversación. “Lo que diga cuando empiece a hablar podría servirte para preguntarle si le ha pasado algo, o qué piensa que podrían haber hecho los padres de sus amigos para apoyarlos”.
Si sospechas que tu adolescente tiene un problema serio, agrega, el pediatra o el médico familiar podrían ser de ayuda. “Si tu adolescente dice cualquier cosa que te alarme, el médico puede comunicarte, de ser necesario, con profesionales de la salud mental”.
Los adolescentes pueden percibir tu incertidumbre, así que está bien ser honestos cuando no tengas todas las respuestas. “Creo que es importante ser honestos para que los adolescentes no crean que sus padres toman decisiones arbitrarias”, dice el doctor Bravender. “Si un estudiante de preparatoria pide permiso para ir de viaje con sus amigos, algunas familias estarán de acuerdo y otras no.
Pero si no sabes qué responder, es muy razonable decir ‘no estoy seguro en este momento y necesito pensarlo; hablemos y decidiré después“.
¿Cómo identificas cuando tu hijo quiere comunicarse contigo, pero no lo dice?
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