Los siete síntomas de los adictos al drama
De acuerdo a un especialista, las redes sociales están creando una epidemia de adictos al drama, y que afectan tanto a usuarios como a medios, en una escalada por conseguir su atención.
En una entrevista realizada por la versión online del diario El País, Scott Lyons, psicólogo, educador y presentador del podcast “The Gently Used Human”, comenta que una epidemia de drama parece ser la nueva amenaza procedente de los medios sociales. Esto se suma a todos los efectos negativos que se le atribuyen.
Según el psicólogo experto en terapia de trauma, las redes sociales están creando una legión de adictos al drama que afectan tanto a los usuarios como a los medios de comunicación en una escalada por ganar su atención. Y indica: todos conocemos a alguien que encaje en este perfil, pero prácticamente nadie se colocaría ahí a sí mismo. Los números no salen.
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Este fenómeno se debe a que todo el mundo se ha convertido en actores en un gran drama, utilizando el escenario global como plataforma para representar vidas y obtener reconocimiento a través de los “likes” en las redes sociales, dijo Lyons.
Del mismo modo, afirmó que es más fácil reducir a los adictos al drama a un estereotipo, pero su realidad es más compleja. No son lo que comúnmente se conoce como una reina del drama o Drama Queen (no le gusta esta expresión por los sesgos que introduce).
No intentan llamar la atención sólo para hacerse notar. No exageran por diversión. Para ellos el drama es un mecanismo de supervivencia. ¿Por qué? Porque les permite captar toda la atención y ocupar un lugar destacado en el mundo. Este deseo de reconocimiento virtual ha creado una especie de adicción al drama, donde ser el protagonista de historias emotivas capta la atención y consigue más “me gusta” en las redes sociales.
El psicólogo, autor de Addicted to Drama: Healing Dependency on Crisis and Chaos in Yourself and Others (Adictos al drama: sanar la dependencia de las crisis y del caos en ti y en los demás), aseguró que la economía de la atención y las redes sociales son los factores que han fomentado una epidemia del drama. Así, en esta era cada acontecimiento cotidiano, por pequeño que sea, puede convertirse en un gran drama digno de ser compartido. ”Hace 20 o 30 años vivíamos la adicción al drama de forma más íntima, ahora lo hacemos con una exposición masiva”, reflexionó.
Además, el autor consideró que el capitalismo ha generado una economía de la atención. Capturar y mantener la atención del usuario hace que se le pueda vender de todo, a través de publicidades. “Con el fin de capturar y mantener la atención del máximo de personas, se tiene que inducir cierto estrés”, explicó.
Hace 20 años, las noticias necesitaban menos estímulo para captar la atención de alguien. Ahora necesitan más violencia, un lenguaje más intenso, más sexo. “Necesitamos herramientas dramáticas para captar o mantener la atención de la gente”. Y ese estrés es contagioso, explicó el autor.
Según Scott Lyons, las señales de los adictos al drama son:
1. Todo es urgente. Cuando no hay urgencia, los adictos al drama sienten que algo anda mal. Entonces, para reforzarla, crean una vida desbordante de compromisos, proyectos y plazos.
2. Usan un lenguaje exagerado. Es posible que intenten llamar la atención agregando palabras grandilocuentes (“extremadamente malo” versus “malo”). También realizarán gestos dramáticos con sus expresiones faciales.
3. Necesitan ser el centro de atención. Las personas con tendencia al drama rara vez se quedan en un segundo plano o al margen.
4. Vuelven a contar la misma historia emocional a diferentes audiencias: esto les permite desahogarse continuamente. También es común que agreguen variaciones al relato original.
5. Se centran en los elementos negativos o estimulantes de la vida de otras personas.
6. Están preocupados (y atrapados) en su propia historia. Como la estrella de cualquier programa, necesitan la interacción unidireccional de una audiencia, personas cuyo único papel es ser testigos de su drama.
7. Sienten falta de control. Su incapacidad para controlar (o predecir) el mundo exterior los lleva a sentirse abrumados, impotentes y víctimas de la situación.
“Ser capaz de identificar las señales de un adicto al drama nos dará una idea más clara de cómo manejar la situación”, explicó Scott Lyons. El psicólogo recomendó evitar dejarse arrastrar por el adicto al drama y, en su lugar, ser un testigo compasivo de la situación que cuenta este personaje.
También aconsejó establecer un límite firme pero amable con estas personas. “Estoy pasando por un momento difícil y no puedo hablar ahora, quizá más tarde”, podría ser una respuesta para frenar su avance.
Por último, recomendó distanciarse del adicto al drama. Para el psicólogo, esto implica tomar la decisión de devolver la energía y la atención a nosotros mismos y dejar de prestar atención a su historia.
“Ser capaz de identificar los signos de un adicto al drama brindará una mejor idea de cómo manejar la situación”, explicó Scott Lyons. El psicólogo recomendó evitar ser arrastrado por la persona adicta al drama y, en cambio, ser un testigo compasivo de la situación que este personaje relata.
Además aconsejó establecer un límite sano pero firme y amable con esas personas. “Estoy pasando por un momento difícil y no puedo hablar ahora, quizá más tarde”, puede ser una respuesta para frenar su avance.
Finalmente, recomendó distanciarse del adicto al drama. Para el psicólogo esto comprende tomar la decisión de devolver la energía y atención a nosotros mismos y dejar de prestar atención a su relato.
Con información de Infobae