La caja negra, que se menciona con frecuencia en las noticias cuando ocurre un accidente aéreo, no interviene en el vuelo del avión. Su única función consiste en ayudar a descubrir la causa de...
La caja negra, que se menciona con frecuencia en las noticias cuando ocurre un accidente aéreo, no interviene en el vuelo del avión. Su única función consiste en ayudar a descubrir la causa de un accidente y, quizá, evitar otros.
En realidad, un vuelo de pasajeros lleva dos cajas negras. Una contiene los datos de vuelo, como la velocidad de la nave, su dirección, altitud y la información que se suscita durante el vuelo.
La otra contiene una interminable cinta que corre continuamente y graba la conversación en cabina durante los primeros 30 a 60 minutos. Cada grabación se guarda por separado dentro de una caja metálica aprueba de colisiones y fuego. Casi siempre es de color amarillo o naranja intenso a fin de reconocerla con facilidad en caso de un accidente.
¿Por qué se llama caja negra, si en realidad es de color naranja? Este término no proviene de la aviación, sino de la industria. Ingenieros y técnicos se referían a la caja negra para mencionar cualquier instrumento no necesario para el funcionamiento de un sistema.
De acuerdo con los ingenieros aeronáuticos, las dos alas que caracterizan prácticamente a todo avión moderno integran una sola superficie. Clasifican tales aviones como monoplanos. En los inicios de la aviación, la mayoría de los aviones eran biplanos, con dos alas a cada lado, o triplanos, con tres.
La respuesta para dotar a los aviones de una superficie de elevación mayor dio como resultado que algunos aviones tuvieran más de tres pares de alas. Sin embargo, las alas múltiples provocaban mayor resistencia al avance.
Para mantener unido el frágil artefacto de lona y madera, era necesario un sinfín de pértigas y cables. Éstos y las alas adicionales frenaban el aeroplano y aumentaban su consumo de combustible.
Los primeros aviones de alas múltiples eran tan frágiles e inestables, que más de un tercio de los desastres aéreos durante la Primera Guerra Mundial se debieron a accidentes o fallas mecánicas, más que a acciones enemigas.
Para tener más elevación, los monoplanos necesitaban motores más eficientes, cuya relación potenciapeso fuera más alta. Había que colocar poderosos motores en aviones más resistentes, así que los diseñadores utilizaron metales ligeros como el aluminio y las aleaciones.
La construcción con metal favoreció un diseño más aerodinámico. Los aviones de dos alas pronto dominaron el espacio.
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